Maturín.- El reconocido neurólogo infantil Carlos Seguía, de 71 años, murió el pasado 11 de diciembre tras una recaída asociada al COVID-19. El deceso ocurrió en una clínica de Maturín, capital de Monagas, en horas de la madrugada, según conoció El Pitazo este 13 de diciembre a través de un grupo de médicos que difundió la noticia.
Seguía trabajó 36 años como neuropediatra. Fue profesor de postgrado en pediatría, neuropediatría, siquiatría general e infantil, neurocirugía y neurología. Egresó de la Universidad de Los Andes (ULA), hizo una especialización de pediatría en Argentina y luego otra en neuropediatría en Barcelona, España.
Es recordado en Maturín por su noble labor en la atención de los niños y por ser referencia no solo en Monagas sino en el oriente de Venezuela, pues en los años 80, época en la que se estableció en su ciudad natal, eran pocos los especialistas en su área en esta zona del país. Seguía pasó consulta hasta en el estado Delta Amacuro.
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Antes de enfermarse con el virus, el médico atendía a sus pacientes en el área privada, pero también en el Hospital Universitario Dr. Manuel Núñez Tovar, donde asesoraba a los médicos con los casos más relevantes. Sus restos fueron cremados la mañana del sábado, 12 de diciembre.
Sobre su afección se conoció que fue hace dos meses cuando contrajo el virus y que recibió atención médica en su casa. Tras considerar que estaba recuperado retomó sus actividades y recayó, por lo que fue internado en una clínica de la ciudad.
El Pitazo conoció que la noche antes de fallecer, Seguía grabó una nota de voz para el gremio médico a quien agradeció por cada una de sus vivencias. En el audio, Seguía manifestó sentirse mal porque sus niveles de saturación de oxígeno no eran buenos y confesó que no esperaba salir con vida de la crisis.
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