Maturín.- Angustia, temor e impotencia. Estos son los sentimientos que acompañan a los familiares de los pacientes heridos en la explosión de bombonas de gas doméstico que ocurrió el 28 de diciembre en Caño Los Becerros, municipio Piar de Monagas. Las personas aseguran que la falta de medicinas y de atención harán que las personas mueran.
Este 2 de enero, los parientes denunciaron a El Pitazo que no ha llegado ni tratamiento ni suministros médicos al Hospital Universitario Dr. Manuel Núñez Tovar de Maturín. La aclaratoria la hacen para desmentir que las autoridades gubernamentales hayan dotado al hospital para atender a los quemados.
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«Las autoridades vinieron les tomaron fotos a unas cajas y después que se marcharon no supimos qué pasó con esa entrega. No pasó una hora cuando los médicos y las enfermeras nos estaban pidiendo medicamentos. También hicieron lo mismo en el pueblo. Llevaron colchones y medicamentos y querían llevárselos después de tomar unas fotos, pero no se lo permitimos«, denunció un habitante de Caño Los Becerros quien pidió resguardar su identidad.
Los familiares también denunciaron que en el hospital no hay ni agua, ni servicio de lavandería ni comida para alimentar a los pacientes. Cáritas Maturín activó un centro de acopio para ayudarlos con suministros médicos y alimentos todos los días.
«Los niños que están en el área de pediatría también necesitan ayuda. Necesitan estar en un área que esté mejor acondicionada porque allí se siente el vapor y ellos se quejan del dolor. Todas las áreas donde están hospitalizados nuestros pacientes necesitan aseo constante porque sus heridas ya están verdes y así se pueden contaminar», indicó Carmen Gil, familiar de un paciente.
La limpieza es poca, aseguraron. Dos de las tres áreas donde hay pacientes no tienen aire acondicionado. Las sábanas no las han cambiado porque no tienen un lugar cercano donde lavarlas y al menos 50 parientes duermen en la intemperie, debajo de un toldo, porque no les permiten la entrada al hospital.
Las personas manifiestan que no tienen dinero para asumir todos los gastos. «Queremos que nos ayuden, que nos atiendan. En las condiciones que están recluidos no pueden estar. Nosotros pedimos que los lleven a un mejor sitio a una clínica en donde puedan curarse», pidió Gil.
Al menos 26 personas siguen recluidas en el hospital de Maturín tras la explosión de bombonas de gas doméstico ocurrido el pasado 28 de diciembre. Una de ellas murió la noche de este 1° de enero en el hospital.
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Las personas aseguran que el pasado 30 de diciembre desde la Gobernación de Monagas les prometieron ubicarles una casa para que 20 de ellas se quedaran mientras los enfermos están hospitalizados, pero no les han dado respuestas. Afirman que ninguna autoridad ha vuelto a darles la cara y que, en cambio, son vigilados desde una camioneta blanca blindada.
La mañana de este sábado y tras la denuncia de familiares, la gobernadora Yelitze Santaella se trasladó hasta el hospital de Maturín para asegurar que sí están atendiendo a los enfermos. En sus redes sociales colgó fotos de platos de comida para asegurar que les están llevando desayunos a las personas.
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