Maturín.- Estadísticas internas del Hospital Universitario Dr. Manuel Núñez Tovar indican que 38 pacientes pediátricos han fallecido por desnutrición este 2019 en Monagas. De esa cifra, 37 eran lactantes y un niño de seis años, proveniente de una comunidad indígena ubicada en la zona sur de Maturín.
Los decesos han ocurrido en la emergencia pediátrica, donde a la fecha 10 de cada 10 ingresos presentan problemas de malnutrición, según el mismo registro interno. Solo en los primeros cuatro meses de 2019 fallecieron 29 del total general; las víctimas tenían edades comprendidas entre un mes y dos años.
En 90% de los lactantes, es decir 34, no hubo lactancia materna, mientras que en el restante solo poca. En estos casos, los bebés eran alimentados con agua de avena, arroz, pasta o cebada, que no aportan los nutrientes necesarios para el desarrollo sino que hincha a quien la ingiere, por lo que los padres creen que sus hijos están bien nutridos.
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La muerte más reciente ocurrió el 22 de julio. Era un varón de un mes de nacido, oriundo de Temblador, municipio Libertador; su mamá fue diagnosticada con paludismo y no pudo amamantarlo sino que le daba agua de avena. Tenía un morocho que falleció por la misma causa el 20 de julio.
Lo llevaron en estado crítico, deshidratado debido a una diarrea crónica. Los médicos intentaron estabilizarlo, pero murió a las pocas horas de haber ingresado a la emergencia pediátrica del hospital Núñez Tovar.
Un día antes también vieron fallecer a un bebé de 10 meses en la misma condición.
Especialistas explicaron que en ese caso hubo irresponsabilidad de la familia. El lactante ingresó descompensado el 20 de julio y los padres decidieron sacarlo del hospital en vista de que no le brindaron atención médica apenas llegó. El paciente empeoró y sus papás regresaron al día siguiente; una hora después de su ingreso, cuando era atendido, murió.
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