Maturín.- El cadáver de un hombre de 44 años explotó la mañana de este 21 de septiembre en la carrera 17 del sector Los Cocos, parroquia San Simón de Maturín. El fuerte olor alertó a los vecinos y un grupo de ellos cubrió con sábanas el cuerpo para sacarlo así envuelto hasta la avenida Orinoco, mientras consiguen dinero para comprar un ataúd y llevarlo hasta el cementerio municipal.
Unos vecinos explicaron por vía telefónica a El Pitazo que el hombre había sido encontrado muerto por sus padres, de 80 años de edad, la noche del sábado 19 de septiembre y que tenía síntomas asociados al COVID-19.
Las personas, quienes pidieron resguardar su identidad, mencionaron que el vecino tenía otra enfermedad de base, así como problemas de malnutrición. “Últimamente se quejaba de mucho dolor de cabeza y de oído”, expresó una habitante de la zona.
Aseguraron que no recibió atención médica a pesar de que fue llevado hasta el Hospital Manuel Núñez Tovar en los días de la cuarentena radical; afirmaron que no lo admitieron por no haber disponibilidad. “Buscamos una camioneta y así lo llevamos al hospital, pero tuvimos que regresar con él porque no lo quisieron atender”, contó un habitante de Los Cocos.
La mañana del domingo, los vecinos hicieron las diligencias para enterrar el cuerpo, pero la falta de gasolina y los altos costos de la fosa y de la cremación impidieron la movilización del cadáver. Decidieron arriesgarse y dejar el cuerpo en la habitación mientras esperaban respuestas de las solicitudes de ayuda hechas a la gobernadora Yelitze Santaella y al alcalde Wilfredo Ordaz, que hasta el momento de la publicación de esta nota no habían llegado, indicaron los denunciantes.
“Fuimos hasta la sede del Cuerpo de Bomberos y allí nos dijeron que tenían todas las unidades paradas por falta de gasolina. En el Cicpc (Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas) nos atendieron, pero los funcionarios nos explicaron que no era su competencia el traslado y en el Senamecf (Servicio Nacional de Ciencias Forenses) también alegaron que no tenían gasolina”, contó una vecina.
En la carrera 17 de Los Cocos, justo detrás del módulo de Barrio Adentro, los residentes de unas 10 casas no pudieron dormir por el olor desagradable. Mencionaron que las altas temperaturas aceleraron el proceso de descomposición del cuerpo. “No es justo que cosas como estas sucedan y que en esta comunidad, que es piloto del Barrio Nuevo Barrio Tricolor, no tengamos servicios básicos y que una bombona de gas doméstico pequeña la cobren en 15 dólares”, dijo uno.