Ante la falta del servicio de agua por tubería, los habitantes de las comunidades de Valle Verde, Villa Rosa y Club de Campo del municipio García, en la isla de Margarita, se arriesgan diariamente para cruzar la avenida Juan Bautista Arismendi (JBA) con el fin de llenar botellones y pimpinas desde algunas tomas de las tuberías que están a la orilla de la vía.
Yenifer Martínez es una de las tantas madres que lo hacen; junto a su hijo pequeño cruza la avenida en busca de agua. Lamenta que a pesar de padecer lupus eritematoso sistémico y haber sufrido una trombosis pulmonar bilateral, con cuatro derrames pericárdicos, tenga que vivir bajo estas condiciones en medio de la pandemia del coronavirus. Asegura que ya tienen dos meses sin el servicio.
«¿Cómo vamos a tomar así algún cuidado? Tengo lupus eritematoso sistémico, no tengo sistema inmune y así tengo que estar todos los días con esto, con mi hijo pequeño, cargando agua todos los días. No tengo agua para hacer la comida, para bañarnos y tengo que exponerme y venir a cargar agua. Nos piden que no salgamos de las casas, pero ¿cómo hacemos si no nos ponen el agua?», expresó Martínez a El Pitazo el 12 de mayo, durante la cola que realizaba esperando su turno para llenar sus envases.
LEE TAMBIÉN
MARGARITA: VECINOS USAN AGUA DEL AIRE ACONDICIONADO POR FALTA DEL SERVICIO
Cinco viajes para conseguir agua mala
Los vecinos de las tres comunidades cercanas a la avenida Juan Bautista Arismendi manifiestan que adultos y niños realizan a diario al menos cinco viajes para lograr surtirse del recurso hídrico. Algunos se las ingenian y trasladan los botellones en coches o carruchas para hacer más ligero y rápido los viajes y cruzar la vía sin ser arrollados por los vehículos.
Lamentan no contar con agua en sus hogares para poder cumplir con las normas de higiene y prevención emitidas por la Organización Mundial de la Salud y así evitar la propagación del COVID-19. «Tenemos que venir cuatro o cinco veces al día porque tenemos que buscar agua para hacer desayuno, almuerzo, cena y lavar alguna ropita», dijo Diana Talavera, otra de las mujeres que también se encontraban cargando agua.
Entre otras de las quejas que manifestaron es que esta agua no es apta para el consumo humano, por lo que deben hervirla, una tarea que sin gas doméstico también se les dificulta. Esperan que las autoridades de Hidrocaribe solucionen las fallas del servicio para así evitar otras enfermedades a las que aseguran que se exponen ante tantas calamidades, o morir mientras cruzan esta avenida de Margarita.
 para abastecerse){kind=link}