Maturín.- Cuando una mujer necesita operarse no solo pide ayuda divina para que todo salga bien, sino también, para conseguir cada uno de los insumos que le piden en el servicio de ginecología del Hospital Manuel Núñez Tovar de Maturín, donde ni siquiera los médicos cuenta con la vestimenta para entrar al quirófano.
Si la paciente no reúne los materiales y las medicinas, entonces, la cirugía se retrasa. Así le ha pasado dos veces a Victoria Mejías, quien espera desde hace dos años por una histerectomía; es la realidad de todas aquellas que no cuentan con los recursos económicos para costearse la cirugía en una clínica de la ciudad, donde en ocasiones también se piden insumos.
La esposa de Pedro Alcántara sabe de eso. Alcántara esperaba a que su mujer saliera de la consulta porque ya no pudieron seguir costeando el servicio privado. “Ya van por doscientos cincuenta mil bolívares y es probable que haya un nuevo aumento. Ella necesita una operación y como no podemos costearla en una clínica, decidimos probar aquí (hospital) de nuevo, donde ya habíamos estado, pero el retraso en las consultas nos hizo desistir”, cuenta Pedro.
A su compañera deben tomarle una muestra de tejido para una biopsia, debe comprar un litro de formol para solo usar dos dedos del líquido. “Un litro de formol cuesta un millón novecientos doce mil bolívares y no me venden menos de esa cantidad ¿Qué vamos a hacer nosotros con el resto si lo que vamos a usar es un poquito?”, cuestionó.
Lucía Véliz tiene tres meses esperando una operación y asegura que en este tiempo se han paralizado las intervenciones por fallas en los quirófanos. Explica que eso hace que los días sigan corriendo y con ellos la posibilidad de someterse a la cirugía porque hay otras mujeres delante de ella.
Véliz manifiesta que la situación es desesperante y, al mismo tiempo, descapitalizadora porque deben repetirse los estudios médicos, que también deben costear pues en el centro asistencial no los hacen. Al tiempo, deben pagar por las biopsias que en los laboratorios privados tienen un costo de entre 350.000 y 400.000 bolívares.
“Aquí no hay insumos. Las pacientes no solo debemos correr con los costos de los materiales médicos quirúrgicos sino también con el tratamiento que te indican porque en el hospital no garantizan ni siquiera los analgésicos y, por si fuera poco, tenemos que traer la comida porque aquí desde hace mucho tiempo no se da una buena comida”, expuso Victoria Mejías, paciente.