Maturín.- Carmen Gamboa, ama de casa, protestó el viernes 9 de octubre por la escasez de gas doméstico en El Abanico, uno de los 20 sectores de Monagas donde han manifestado por la misma causa durante ocho días, contados entre el 5 y este 13 de octubre. En medio de la tranca, que duró 2 horas, se quejó por la nueva forma en cómo les venderán las bombonas. «Lo harán por un sorteo, como si fuera una rifa», dijo.
Hace dos semanas, los líderes oficialistas de su comunidad les dijeron que se dividirán el número de casas, por calle, en grupos para escoger a las personas que recibirán los cilindros. «En la calle en la que vivo hay 22 casas y harán cuatro grupos. Entonces, entre esos grupos se escoge al que le tocará primero y así hasta completar a los demás», explicó a los medios de comunicación que registraron la protesta de ese día.
En ese urbanismo, perteneciente a la parroquia Los Godos, hay 5 carreras, cada una con 22 casas. «Imagínense cómo será eso y cuándo nos venderán las bombonas de gas doméstico a los que queden de últimos», expresó a El Periódico de Monagas. Lo que sucedió en El Abanico aún no ha sido reportado en otras comunidades, pero sí ha generado controversia en distintos grupos vecinales.
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«Nos están sometiendo a una tortura, no podemos permitir que ahora nos sorteen la venta del gas doméstico. En Maturín hay comunidades que tienen ocho meses cocinando con leña, algo que antes usábamos para preparar un sancocho», dijo a El Pitazo Omar Bustamante, habitante de Las Cocuizas, donde la mañana de este 13 de octubre cerraron la vía para exigir la venta de cilindros.
Este martes también hubo una protesta en la avenida principal de Punta de Mata, municipio Ezequiel Zamora. Un grupo de habitantes trancó a la altura del sector Márquez Áñez para reclamar a las autoridades gubernamentales, no solo por la ausencia de cilindros, sino también por el servicio de agua potable.
En las comunidades de Maturín también han reportado la reventa de las bombonas de 10 kilos hasta por 15 dólares cada una. «Son vendidas en el mercado negro, como le dice uno. La necesidad muchas veces nos obliga a comprarlas así», expresó Alexandra Brito, una ama de casa que vive en la parroquia La Pica donde el uso de las cocinas eléctricas, cuyo costo es de 40 dólares, se hace inviable porque el servicio de luz falla hasta tres veces al día.
Al respecto, las autoridades gubernamentales han admitido que existe un déficit en la distribución, pero lo atribuyen al bloqueo económico. Aseguran que el número de gandolas que traen el Gas Licuado del Petróleo pasó de 12 a 5.
