Venezuela: de economía petrolera a economía de leña

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EL PODER EN ESTE PAÍS


Por: Rogelio Guevara Cantillo

Venezuela es uno de los países con más reservas de gas en el mundo, pero una parte importante de sus ciudadanos, incluso en las grandes ciudades del país, penosamente están cocinando hoy con leña, como en tiempos remotos. ¿Qué cantidad de leña se usará en el futuro? ¿Se ha pensado en la naturaleza? ¿En qué zonas se explotará este recurso? ¿Cuál será su impacto en el ecosistema, flora y fauna? Son algunas preguntas que debemos hacernos. De continuar esta lúgubre realidad muchas especies animales podrían desaparecer junto con los árboles. Esto sin mencionar las consecuencias directas e indirectas en la salud de todos aquellos que se someten a cocinar con madera todos los días.

En días recientes el país escuchó con estupor las declaraciones del mayor general Ovidio Delgado Ramírez, Jefe de Regiones Estratégicas de Defensa Integral (Redi) en Los Andes, quien afirmó que iniciarán una campaña con líderes políticos para repartir leña a la población ante la escasez del ahora preciado gas doméstico, abundante en el pasado. Para Delgado Ramírez, la distribución de madera es una “solución” que buscó el gobierno para ofrecer a las personas.

Incluso voceros del régimen rojo han justificado el uso de la leña como una solución. Un país que debería ser potencia económica, se debate entre cocinar con leña o usar con mayor eficiencia el poco gas doméstico que con suerte logran obtener los hogares venezolanos. Las declaraciones del mayor general Delgado Ramírez son vergonzosas. 

El gas en Venezuela se consume mayoritariamente en la “famosa” bombona de gas. Cerca de un 80% lo usa, otro considerable porcentaje lo recibe en sus hogares a través del sistema de tubería. La otra fuente de energía para la cocina masificada es la electricidad, pero también se ve truncada debido al colapso del sistema eléctrico nacional, en especial en las regiones del interior de Venezuela.


Incluso voceros del régimen rojo han justificado el uso de la leña como una solución. Un país que debería ser potencia económica, se debate entre cocinar con leña o usar con mayor eficiencia el poco gas doméstico

Rogelio Guevara Cantillo

Ante el panorama que se avizora y conociendo la forma de “gerenciar” de Nicolás Maduro, el régimen es capaz de recolectar leña con recursos del Estado y llevarla a las grandes ciudades y dejar a expensas al interior del país, así como hacen hoy con la gasolina, y darle prioridad a Caracas y de vez en cuando que ciudades como Valencia, Maracay o Barquisimeto cuenten con la fortuna de recibir algo de combustible o en este caso de leña.

Ante esta nueva realidad de la leña, ¿Qué precios tendrá? ¿Generará un impuesto? ¿Qué cantidad de leña podrá usar un ciudadano o familia por semanas o meses? ¿Será regulada el uso de la leña en el país?, caso similar al que ha llegado la gasolina. ¿Se pagará en dólares, bolívares, petros u otras soluciones monetarias? La problemática del gas es para largo plazo. Al no existir producción petrolera, la creación de gas doméstico se fue en declive. Una bombona de gas en cualquier punto de Venezuela es un verdadero tesoro y súmele a eso el preocupante déficit de bombonas que existen en el país.  

¿Cuándo se solucionará la crisis de gas doméstico? Por el horizonte que se aprecia, pareciera que es por años. ¿Pero cuántos? Las anécdotas de la población sobre la cantidad de meses que llevan aguardando por algo de gas para cocinar son tétricas. Esta pudiera ser resuelta por varios inversionistas privados, pero es algo que no se dará de la noche a la mañana. Lo interesante del fenómeno es que no solo se practica el uso de la leña en el interior o pueblos del país, si no ya se puede observar en grandes urbes, comenzando por su capital, Caracas y otras como Maracaibo, Valencia, Maracay, Barquisimeto o Puerto Ordaz.  

¿En qué momento alcanzará esta crisis a la clase media o profesionales con amplios estudios y formación académica? Ya hay muchos que en este nivel socioeconómico la padecen. Éramos una potencia energética y hemos vuelto a la época de las cavernas con la revolución socialista del siglo XXI. ¿En los hogares o inmuebles de los altos jerarcas del socialismo del siglo XXI se cocinará con leña? Parece que ahora el venezolano debe ir acostumbrándose a esa realidad por varios años.

Sobre el tema de la energía por leña, platiqué con el profesor Oswaldo Felizzola del Instituto de Estudios Superiores en Administración (Iesa), en Caracas, para que nos explicara su visión al respecto. En este sentido me comentó que usar leña como sustituto de combustible de gas, electricidad o carbón, es ineficiente. ¿Por qué? Debido a que por cada kilocaloría o BTU que se genera con leña, se necesita mucha más leña para cocinar que contando con gas. Por eso es que una bombona de gas podría durar en promedio de una a dos semanas en una casa, mientras que una pila de leña que es del mismo tamaño y/o peso te sirve para una o dos comidas máximo. Por ende, no es sostenible en el tiempo usar leña, además la leña es mucho más cara por kilo que el mismo gas doméstico o tomando como referencia cada comida calentada. 


La problemática del gas es para largo plazo. Al no existir producción petrolera, la creación de gas doméstico se fue en declive. Una bombona de gas en cualquier punto de Venezuela es un verdadero tesoro y súmele a eso el preocupante déficit de bombonas que existen en el país

Rogelio Guevara

Por un lado, el experto explica que por los momentos cada persona o familia puede buscar su propia leña sin contar con el gobierno. Así mismo menciona el caso de Haití, que lamentablemente deforestó gran parte de su país para poder generar energía y cocinar con leña. En el caso venezolano sería más complicado, ya que primero es un país más grande y segundo nuestra población está concentrada en determinados nichos geográficos, lo que a la larga explica se deforestaran los árboles que están en las grandes urbes como Caracas, Valencia, Maracay o Barquisimeto entre otras. La leña es una forma inviable de solución.

El gran problema del gas es la gran desinversión que se hizo por muchos años y sin contar con el soporte de la empresa privada. Este problema es insostenible. La única solución en el tiempo es la industria del gas. Estas inversiones no las puede hacer Maduro, porque está hasta el cuello de sanciones, deudas y escasos recursos financieros por sanciones de la Ofac. La narrativa del gobierno es que cada ciudadano resuelva su problema porque para el Estado no es prioridad, ya que tienen otros intereses privados y personales. Los niveles de improvisación en el Estado son enormes y sin sentido, solo responden al “peso” que tenga quien lo propone en Miraflores, así no tenga validez o factibilidad como proyecto en el corto y mediano plazo y no piensan en la gente y viven en su burbuja “socialista” solo para la élite del gobierno. La solución “comunista” es simplemente que cada ciudadano resuelva y se vaya del país añade Felizzola.

Atrás quedaron los tiempos en que el chavismo prometía construir el “Gran Gasoducto” que desde Venezuela iba a llevar gas a toda Suramérica para ahora comenzar a planificar puertas adentro cómo será el negocio “rojo” de la leña. ¿Cómo transportarán la leña en el futuro en un país con escasez crónica de gasolina a las ciudades? Como diría Hugo Chávez Frías: “Si no hubiera llegado la revolución hoy Venezuela estaría apagada, yo creo que estaríamos alumbrándonos con faroles y cocinando con leña, y todas esas cosas. Estaríamos como en la prehistoria”. Tristes palabras del pasado que se cumplen en nuestro presente.


ROGELIO GUEVARA CANTILLO | @Rogeliogcmundo

Analista del poder y economía en Latinoamérica.