Donald Trump no se conformó con ser una figura polémica del jet set estadounidense, algunos cameos en el cine estadounidense, un par de caídas en quiebra, un reality y hasta escándalos personales por su cercanía a Jeffrey Epstein y discretos pagos a damas de compañía. Este egocéntrico personaje ganó por una nariz la Presidencia de los Estados Unidos cuando se propuso competir contra Hillary Clinton, con el eslogan “Make América great again” (“Hagamos a América grande de nuevo”), pero lo que no podía saberse con anticipación era lo peligroso que resultaría para la paz mundial.
La más grande y decisiva acción militar de la administración Trump fue el ataque en Irak que dio muerte al general iraní Qasem Soleimani. Esta acción no solo generó una inmediata respuesta militar de Irán sobre Irak, sino que además obligó a Estados Unidos a desescalar el conflicto en ciernes. Pero hoy, gracias a la publicación del libro Peril (Peligro), de dos periodistas del diario estadounidense The Washington Post, Bob Woodward y Robert Costa, se reveló que Trump coqueteó con la idea de iniciar una guerra nuclear contra China entre octubre del 2020 y enero del 2021. Pero además sabemos que en este mismo período, Trump también barajó la posibilidad de un ataque a las instalaciones nucleares iraníes en la ciudad de Natanz.
Un general desobediente
El jefe del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos, general Mark Milley, aseguró frente al Congreso de su país que se comunicó en dos oportunidades con su homólogo chino, general Li Zuocheng, para transmitirle que Estados Unidos no tenía intenciones de atacar con armas nucleares a China. Sin embargo, lo que ya habrán advertido los más despiertos: ¿qué información tenía el Ejército chino para que existiera la necesidad de que el más alto oficial estadounidense necesitara “calmarlos”? La verdad es que el mismo Milley aclara que China contaba con información de inteligencia (obtenida por espionaje) según la cual Trump estaría pensando en realizar un ataque militar nuclear contra China, por lo que el general estadounidense decidió establecer un contacto vía telefónica con el general Zuocheng.
El propio Congreso estadounidense no perdonó la desobediencia de Mark Milley y le increpó sobre si sus acciones constituían la búsqueda de la estabilidad y la paz mundial entre las primeras potencias mundiales o un acto de traición a la patria en la que comunicó información muy sensible al enemigo.
Sumado a esto, sabemos que el general Milley también se comunicó con la presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense, la demócrata Nancy Pelosi, para asegurarle que el protocolo de lanzamientos nucleares no dependía solo del presidente y que él nunca permitiría una acción militar estadounidense que no estuviera apegada a la constitución y las leyes. Además, tras las reiteradas acusaciones de locura que Pelosi hizo en contra de Trump durante la llamada, Milley solo agregó “estoy de acuerdo con todo”.
Entretanto, el general Mark Milley aseguró que antes de realizar la primera llamada informó al secretario de Defensa, Mark Esper, y que Mike Pompeo, el secretario de Estado, también estaba al tanto. Pero esto no ha evitado que congresistas republicanos, como Marco Rubio, hayan solicitado a Joe Biden la destitución inmediata del jefe del Estado Mayor Conjunto.
La soberbia es un pecado global
¿Por qué Donald Trump pensaría en atacar con armas nucleares a China e Irán justo al final de su mandato? Algunos coinciden en que se trató de una estrategia para crear una situación de emergencia extraordinaria y así no dejar el poder. La verdad, no suena descabellado después de haber observado que acusó sin pruebas de un fraude electoral en 11 tribunales estadounidenses, sin ganar una sola demanda desde noviembre del 2020 hasta enero del 2021; pero que además el 6 de enero del 2021 auspició, con un discurso incendiario, a una multitud de simpatizantes para atacar violentamente el Congreso de los Estados Unidos solo para evitar que Joe Biden fuese proclamado como vencedor en las elecciones.
Es fácil creer que el egocéntrico Trump estaría dispuesto a todo por no dejar la Presidencia, no solo propiciando un golpe al poder legislativo, sino a poner al mundo al borde de un holocausto nuclear.
Moisés Chocrón Fernández | Twitter: @chocterapia
Internacionalista y oficial retirado de la Armada
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