Opinión

Si fuera por Maduro, se sentaría a dialogar con Guaidó en cadena nacional

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Las últimas jugadas del régimen de Maduro –importar gasolina directamente desde Irán y dolarizar su precio, negociar con la Asamblea Nacional recursos para enfrentar la propagación del COVID-19 y el anuncio de que el TSJ nombrará el nuevo CNE– tienen desconcertada y sin respuesta a la oposición.

La razón: todavía no terminamos de entender contra quienes luchamos. 

Se los pongo clarito: Nicolás Maduro, Tareck El Aissami, los hermanos Jorge y Delcy  Rodríguez y Diosdado Cabello son gente sin escrúpulos que sienten un total desprecio por la vida y son indolentes al sufrimiento humano. No creen ni respetan el juego democrático y ven el poder como un asunto de vida y muerte.

Obviamente esta gente no tiene la capacidad moral para gobernar ningún país del mundo, pero lo que le falta de moralidad le sobra de cinismo. Por eso le importa un bledo haberse burlado del Papa, del Reino de Noruega, de la Unión Europea y de cualquier organismo que intente una negociación pacífica para el país.

Pero todavía los que se han erigido como oposición al régimen, no terminan de entender que cada vez que se sientan a negociar subterráneamente con este grupo terminan destrozados.

Se lo explico mejor: Si fuera por Maduro, hoy mismo saldría en cadena nacional sentado en una mesa dialogando con Guaidó. ¿Por qué? Porque él sabe que Guaidó saldría más perjudicado. Lo que le queda a Maduro de base chavista lo menos que está pendiente es con quien se sienta éste, ese no es su problema existencial, en cambio Guaidó está siendo acabado por la oposición por la firma del convenio con la Organización Panamericana de la Salud-Gobierno-Asamblea Nacional para conseguir recursos para la lucha contra el COVID-19.

No es que el convenio no fuera necesario, al contrario, es de vital importancia para salvar vidas de los venezolanos, pero se hizo tras bastidores, sin transparencia y para colmo con la libertad del tío de Guaidó incluida. Y una vez más, no es que Juan Márquez no merezca estar libre. Por supuesto, como todos los demás presos políticos encarcelados injustamente. Pero era obvio que Maduro aprovecharía esta negociación para seguir golpeando la imagen del líder opositor que es reconocido presidente interino por gran parte de la comunidad internacional.

¿Pero cuál es el objetivo de los últimos pasos de Maduro? Si es que hay objetivo en una sociedad, donde sus ciudadanos sufren de una fuga disociativa, donde cada día tienen menos paciencia, menos tolerancia con una situación que se agrava cada minuto.

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Su objetivo es claro y definido: elecciones parlamentarias este año. Este plan se inició conformando una mesa de negociación con algunos grupos que tenían representantes en la AN y viejos partidos de izquierda. Luego la compra de un gran número de diputados que le permitió propiciar el establecimiento de dos directivas de la AN. Después la elección de un Comité de Postulación para nombrar un nuevo CNE.

Pero su plan nunca pasó para que el Comité de Postulación nombrara nuevas autoridades electorales, todo era para ganar tiempo, porque al final estaba claro que el Tribunal Supremo, como sucedió anteriormente, sería el encargado de seleccionar ese poder del Estado.

De esta manera Maduro y su cúpula se aseguran un CNE a su medida, tendrían de rival una oposición fraccionada, que no sabe el camino que va a tomar, apostando siempre a los improbables o lo que sucede fuera del país para tomar decisiones. 

El régimen no piensa ni le interesa la situación de caos que tiene el país, su único plan son las elecciones parlamentarias para tratar de normalizar el escenario político más internacional.

Por tanto no se puede seguir perdiendo el tiempo en tantas distracciones estériles que producen desesperanza en los ciudadanos y en los presos políticos cuyas únicas esperanza de vida es el fin de este gobierno.

Hay que definir si se va aceptar un CNE impuesto por un Tribunal Supremo, sin ninguna legitimidad. Hay que establecer si el Comité de Postulaciones se declara en sesión permanente y nombra en pocos días las autoridades. Hay que definir si se negocia algunas condiciones favorables dentro de un sistema democrático que permita competir en igualdad de condiciones. O en todo caso, sí hay que salir a la calle y rechazar por todos los medios esta jugada de Maduro. Es necesario actuar ahora, nunca olvidemos a quienes nos enfrentamos.

Marco Hernández es periodista y fundador de la ONG Periodistas por la Verdad. @hmarcovalor

Marco Hernández
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