LOS PITAZOS DEL DIRECTOR
Por: César Batiz
En la última semana observamos el resurgimiento de las señales de alerta que indican que se acaba la gasolina en el país. Peleas entre los usuarios y los administradores de las bombas, como fue el caso de Margarita; denuncias de ventas de puestos en Maracaibo, y espera de hasta nueve días para surtir combustible, como ocurrió en Maracay. Mientras que en Caracas ya resulta imposible echar gasolina las 24 horas del día.
Corrupción y escasez: las trabas para comprar gasolina en Maracaibo
El diputado José Guerra, de Primero Justicia, alertó que de acuerdo con un estudio realizado del 27 al 31 de julio por esa organización política (la de verdad, no la que le entregaron al parlamentario promadurista José Brito), de cada 100 estaciones de servicio que estaban funcionando cuando comenzó en mayo el nuevo esquema para abastercer de gasolina al parque automotor, 50 están cerradas. Además, 30% de las bombas donde se echa combustible a precio dolarizado presentan escasez. Por cierto, ¿qué será de la vida del calendario de la gasolina? Así, imposible de cumplir.
Como se esperaba, el combustible traído por los buques iraníes no sería infinito.
Tampoco llegaron los nuevos tanqueros y aunque mencionan que se encuentran embarcaciones en las costas de Aruba esperando venir a Amuay y Cardón con combustible, cargamento supuestamente negociado por el empresario petrolero Wilmer Ruperti, aparentemente no han atracado.
Por otro lado, pese a que comenzaron a producir algo de gasolina, las refinerías no alcanzan la producción suficiente para evitar que haya colas en las estaciones de servicio.
El jueves pasado el economista Asdrúbal Oliveros, en el Foro de Perspectivas 2020, II Semestre, organizado por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Ucab, aseguró que la producción nacional de combustible alcanza 25.000 barriles por día, mientras que el consumo se encuentra en 156.000 barriles por día, por lo que si el gobierno de Nicolás Maduro no logra importar, los venezolanos veremos el recrudecimiento de la crisis energética.
César Batiz
Información actualizada entre sábado y domingo por fuentes del sector petrolero consultadas por El Pitazo, revela que Amuay, Cardón y El Palito están en cero de producción, en algunos casos por falta de insumos, en otros por problemas con algunas de las plantas. Si hablamos de la refinería ubicada en el estado Carabobo, la más pequeña de las tres mencionadas, solo se cuenta con una reserva de gasolina para tres días, comentaron trabajadores de Pdvsa.
Por eso, regresa la sensación de que pronto volveremos al momento que vivimos entre marzo y abril en el cual no sabíamos cuándo llenaríamos los tanques de nuestros vehículos.
Pero ahora se suma un nuevo elemento, la posibilidad de que el Departamento del Tesoro sancione a las empresas que traigan diésel a Venezuela, como lo informó esta semana la agencia Argus.
Hasta ahora el diésel tenía una excepción humanitaria, pues este combustible permite el movimiento de los camiones de carga que llevan alimentos y medicinas, así como resulta extremadamente necesario para que funcionen las plantas eléctricas en los hospitales y cuarteles, importantísimo en estos momentos en que crecen los casos de coronavirus reportados en Venezuela, que están por encima de los 800 contagios cada 24 horas y un acumulado que este domingo seguro superará los 20.000.
La decisión del Departamento del Tesoro de levantar la excepción a empresas como la italiana Eni, la española Repsol y la india Reliance, evitaría que el gobierno de Maduro cambie crudo y gas por diésel, bajo el argumento que ese cambalache favorece el sostenimiento del régimen.
El alcance de la medida llegaría más allá del diésel. Como lo dice la nota de Argus. Eni y Repsol se verían tentados a suspender las actividades gasíferas en Cardón, pues el Gobierno venezolano no tendría cómo pagar su parte en el acuerdo de explotación de gas. Además, no habría diésel para que funcionen equipos que permiten la operación de plantas de gas en el oriente del país, por lo que se agravaría aún más la crisis energética.
Quedaremos sin gasolina, sin diésel para los camiones que distribuyen alimentos, sin diésel para las grandes plantas termoeléctricas y de emergencias de los hospitales, peor aún en medio del recrudecimiento de los casos de coronavirus; sin gas para la generación del ciclo combinado de Termozulia, ni para abastecer los hogares.
Conclusión, un colapso que afectaría, sin duda, la gestión de Maduro, pero también a todos los venezolanos. Por eso, tenemos que esperar que el Departamento del Tesoro se piense muy bien levantar esa excepción sobre el diésel, pues hasta ahora las sanciones han sido insuficientes para lograr la transición que esperamos los venezolanos, debido a la ausencia de la presión interna.
CÉSAR BATIZ | @CBatiz
periodista egresado de la Universidad del Zulia, especializado en Periodismo de Investigación. Director de El Pitazo
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