Desde el comienzo de la administración del señor Maduro Moros (2013), la des-electrificación de Venezuela se ha profundizado detrás del velo de una aberrante opacidad al ocultar los “números” del Sistema Eléctrico Venezolano Interconectado, SEVI. Mientras se esconden detrás de campañas publicitarias inmorales por engañosas, “motores productivos” y la promesa de una “Venezuela potencia”, parte de un futuro fascinante que nunca termina de llegar y que jamás llegará. Todo esto ha dejado a la nación en un estado de completa indefensión y en la miseria energética.
Los grandes sismos eléctricos desde el pasado 7 y 25 de marzo con sus demoledoras réplicas, además de destruir la flexibilidad y limitar el poderío energético del SEVI, nos muestran cómo se ha socavado el derecho a la información de todos los venezolanos. Se han hecho revelaciones cuantitativas del profundizado desastre contra la nación por parte de la administración del señor Maduro Moros en materia de la reducción de la potencia máxima del SEVI.
Hemos experimentado una reducción de más del 44 por ciento (-44 %), es decir en exceso de más de 8 mil MW (excluyentes de la reducción en la región Guayana), que sobrepasaría los 10 mil MW, desde que la presente administración usurpadora está en el poder. Así, Venezuela este 2019 termina con una demanda similar a la de los años 1998, haciendo la salvedad de que ahora somos más y que la calidad del servicio eléctrico en el siglo XX era años luz superior a la actualidad.
No hay nada consciente y menos eficiente cuando se destruye la calidad de vida de los ciudadanos, convirtiéndoles en “mendigos energéticos”, metiéndolos en la ruralidad en pleno siglo XXI, paradójicamente ¡en uno de los países con el mayor poderío energético per cápita del mundo! Se ratifica que no basta con tener el potencial, para convertirlo en verdadera y duradera riqueza, se requiere de talento, tiempo y tesoro, a través del trabajo honesto y ético. Eso es lo que permite compartir sueños y construir realidades y lo que nos hará una gran nación.
Lo que sucede con el SEVI no es una cosa al azar, refleja naturaleza exprofeso del accionar del régimen para inducir en la peor ruina económica en la historia nacional que ha hecho de Venezuela una nación invivible. Veamos la correlación entre el Producto Interno Bruto, PIB, y la drástica estrangulación de la demanda máxima del país a través de la espectacular caída o variación porcentual acumulada del PIB.
Corresponde a los economistas dar las lecturas adicionales que correspondan a este último gráfico, del cual no se puede negar la naturaleza de extremo intervencionismo estatal. La correlación matemática, es innegable. Se nos prometió una revolución energética y terminamos con una depresión económica sin precedentes. Después de más de 110 millardos de dólares de nuestro tesoro destinados para el área eléctrica, mientras se arruina y esquilma la nación ameritan la conducción de “juicios Nuremberg”. Lo cual no es venganza se trata de justicia.
El estado actual del SEVI, no permite una reactivación económica por lo que es imperativo un modelo económico menos intervencionista y en paralelo rescatar el SEVI. Tal es el plan de los ingenieros Lara, Aguilar y su equipo que ha estimado US$15 mil millones a cinco años para dar un SEVI para soportar más del 15 % de crecimiento interanual llegando a los 23 mil MW de demanda máxima y dejando SEVI en condiciones para 8 a 10 años, mientras se preparan las expansiones y nuevas normativas.
Hay otros “planes”, los mismos no públicos, sumamente más costosos, con mayores plazos de ejecución, que implican más endeudamiento en dineros que no hay y plazos inaguantables para el país. Cabe preguntarle a los promotores de esos otros planes: ¿más dinero para qué?
La usurpación continúa siendo el más grave peligro para el SEVI y la viabilidad de un gobierno de transición, que a partir del minuto uno será responsable de los apagones. Es vital designar nuevas autoridades eléctricas, en el plano técnico, dándoles la facultad para gestionar las soluciones requeridas de modo que al comienzo de la transición se mejore la gobernabilidad por el tema eléctrico y la obtención de “victorias tempranas”, que indiquen a la nación que mejores días para el SEVI llegaron para quedarse.
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