LOS PITAZOS DEL DIRECTOR
Por: César Batiz
La semana pasada escuché a un alto funcionario de un organismo del Estado, decir, entre tantas palabras, que Nicolás Maduro tiene información que no manejamos el resto de los venezolanos. De esa forma el vocero explicaba las decisiones tomadas por Maduro, quien por momentos pareciera suavizar la mano autoritaria que ha puesto sobre Venezuela desde las protestas de 2014, aunque siempre ocurren hechos que se salen del patrón, como la detención de los representantes de la ONG Fundaredes.
Perfil | Omar de Dios García, el activista de DD. HH. encarcelado por el gobierno de Maduro
Revisemos algunas de esas decisiones. El cambio de las autoridades del Consejo Nacional Electoral y la selección de dos rectores con manifiesta cercanía con la oposición: Enrique Márquez, exdiputado de la Asamblea Nacional por Un Nuevo Tiempo; y Roberto Picón, quien fuera uno de los asesores electorales de la Mesa de la Unidad Democrática hasta 2019.
El traslado de los presos políticos de las celdas de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, Sebin, a cárceles comunes, donde podrán recibir visitas y ver la luz del sol.
La modificación sobre las versiones de los asesinatos de Fernando Albán y Juan Pablo Pernalete, junto con la información del procesamiento de responsables, pero, eso sí, imputados por hechos que no merecen toda la pena establecidas en nuestras leyes para casos como los dos descritos.
Otro hecho es la apertura a la participación de observadores internacionales en el proceso electoral que desembocará en la megaelección del 21 de noviembre, entre ellos, los representantes de la Unión Europea, quienes esta semana se encuentran en Venezuela para observar in situ si realmente existen las precondiciones para que el organismo que representa realice una verdadera observación.
Finalmente, por ahora, la promesa de eliminar, después del 21 de noviembre, los protectorados, “esa figura autoimpuesta por el gobierno/partido que no representa otra cosa más que la violación a la voluntad popular de escoger a sus representantes”, como escribió la articulista Marinés Delgado Marcucci, en El Pitazo, esta semana.
¿Qué es lo que sabe Maduro? El oficialismo cuenta con la suficiente data social y económica para adelantarse a los escenarios. Tiene una red de salas situacionales a lo largo del país, desde las municipales a las nacionales, para seguir el pulso de la calle.
Además, ellos deben conocer la decisión que no pudo leer la exfiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, que debe ser la misma que antes del 23 de julio informará el nuevo titular del cargo, Karim Khan, una decisión que no pinta favorable para la gestión chavista-madurista.
Pero sobre todo, Maduro sabe cuánto dinero tienen las cuentas del Estado y si son ciertas las posibilidades de que el petróleo, el oro y la chatarra le permitan sostener con prebendas al círculo cívico-militar que lo mantiene en el poder, pues el voto popular en este momento no lo acompaña.
Ahora, debe saber Maduro que la posibilidad de retomar su legitimidad perdida con la elección presidencial en mayo de 2018 pasa por el hecho de que el proceso electoral de este año, aunque no ponga en juego su cargo, como lo solicitan EE. UU. y naciones de la Unión Europea, ayudará a mejorar su imagen internacional y quizás, después de una negociación que incluya la libertad de presos políticos, el regreso de bienes expropiados y de las tarjetas de los partidos, entonces venga el levantamiento de las sanciones, un hecho que requiere para intentar una mejora económica.
No obstante, tal como lo apunté al final del primer párrafo, ocurren hechos que se salen del guion. La detención de los tres miembros de Fundaredes, Javier y Rafael Tarazona, y Omar de Dios García, no coincide con ese propósito de ablandar la mano autoritaria. Las consecuencias de una prisión ordenada desde las alturas del chavismo-madurismo la vemos en la prensa de estos días. Hasta la alta comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, Michell Bachelet, tuvo que actualizar su informe para incluir la denuncia de este caso.
Por eso las preguntas que dejo al final de este artículo y que comparto esperando que den sus respuestas en los comentarios: ¿La verdadera razón de la detención fue por incitar al odio, traición a la patria y terrorismo? ¿Qué hechos fueron los que realmente llevaron al oficialismo a apresarlos?
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CÉSAR BATIZ | @CBatiz
Periodista egresado de la Universidad del Zulia, especializado en Periodismo de Investigación. Director de El Pitazo.