Hace poco, luego de publicar en mis redes una foto de mi encuentro con el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, se desató una ola de comentarios que sencillamente me hicieron preguntarme ¿por qué el proceso de transición debe ser exclusivo para un sector opositor?
En la reunión, le hicimos llegar a Almagro la propuesta del chavismo bolivariano, donde prácticamente planteamos una hoja de ruta que involucra a todos los sectores políticos del país, de cara al reto que tenemos ahora, que es un proceso de transición.
Y parece paradójico que el discurso ha sido siempre llamar a la unidad, pero excluyendo a los que piensan diferente. Ahora bien, la coyuntura política y el escenario actual, le ha dado una ventaja a la oposición y a la Asamblea Nacional. Sin embargo, hay factores que se les olvidan como lo son los chavistas críticos del gobierno de Maduro, que no son pocos y que deben ser parte de este proceso que se está desarrollando en el país.
¿Qué mejor que involucrar a todos los sectores en este reto?
Oposición, chavismo, a los militares y a otros factores. Durante 20 años sin duda se creó un fenómeno que hoy hace desconfiar a la sociedad de lo que es el chavismo, pero somos parte de una dinámica que afecta a todos sin distinción política. Porque el hambre , la persecución, la amenaza y la violencia nos acecha a todos. Mientras algunos debaten en Twitter cómo mandarnos a la horca por sencillamente haber apoyado un proyecto en el que aún muchos creen, Nicolás Maduro hace tiempo y se aferra al poder sin temor a accionar contra el pueblo venezolano, contra la oposición, contra la disidencia y contra el propio chavismo crítico.
Todos sabemos que esta espiral de conflicto institucional que se vive en el país irá en aumento. El descontento de la población seguirá creciendo y, como le hemos reiterado en otras oportunidades, el compañero Nicolás Maduro no tiene ni tendrá el mínimo deseo de dar una respuesta. Y su propuesta de diálogo sabemos que no tiene oportunidad alguna de desarrollarse por el fracaso que representa. Es por ello, que la estrategia para afrontar este escenario no es que un grupito le arrebate el poder al otro, o que se pacten el poder, sino que se construya un consenso de verdad que nos permita participar como actores de esta dinámica política.
Nosotros, el chavismo bolivariano, nos hemos puesto a disposición de la sociedad venezolana, porque representamos a esa abuela que aún es chavista, porque somos la voz de esa mamá que creyó en el proceso y la defraudaron. No podemos olvidar que aún existen venezolanos que creen en el proyecto que nos planteó Chávez, no podemos dejarlos a la deriva en este momento, por eso consideramos que un proceso de transición debe incluir a esas voces.
Ciertamente, hay una hoja de ruta que ha sido planteada por la Asamblea Nacional, pero para lograrla efectivamente, por lo menos el paso uno (gobierno de transición) es necesario construir consensos y eso pasa por aceptar dentro de la jugada a todos los actores incluyendo a un chavismo bolivariano que es una realidad, que no es una persona, que son esos venezolanos que aún creen en el proyecto país planteado en nuestra constitución.
