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Por: Luisa Pernalete
“Mami, ya no me acuerdo de todas las letras. Ya casi ni me acuerdo de los compañeritos del salón”, le dijo la pequeña niña a su mamá. Y es que con esta cuarentena súper prolongada, con clases a distancia con dudoso impacto, los estudiantes pueden desaprender, por no afirmar para no parecer alarmista: los estudiantes están desaprendiendo.
En los países que investigan muchas cosas, se sabe que después de unas largas vacaciones, paros o cuando ha habido suspensión de clases por catástrofes naturales, o sea, cuando la rutina escolar se ha alterado, los estudiantes desaprenden… ¿Están desaprendiendo nuestros chicos después de 400 días de educación a distancia? Me temo que sí.
Les doy algunos consejos prácticos a las madres y también a los educadores, pues ya se sabe que eso de “educar a distancia” a niños, niñas y adolescentes, no estaba en la experiencia de ningún educador. Con universitarios y adultos es otra cosa, pero en primaria y bachillerato ha sido algo inédito en todo el mundo. Entonces, con unos educadores que no tenían experiencia previa, no tenían herramientas – y muchos siguen sin tenerlas – no nos extraña que el proceso de enseñanza aprendizaje esté medio entorpecido. Añádase que los padres, a quienes se les ha dado el papel de acompañantes de ese proceso, tampoco la mayoría tiene herramientas para ese rol.
Hay que tomar en cuenta la edad de los niños, mientras más pequeños, más posibilidad de desaprender, puesto que no han tenido tiempo de “practicar” lo que han trabajado en clases, por la vía que sea que estén siendo atendidos.
¿Podemos hacer algo desde la distancia y desde el hogar para detener el desaprendizaje o al menos minimizarlo?
Para los formadores
A los educadores, además de seguirse formando, porque tenemos muchos retos todavía, y no sólo en tecnología, les recomiendo:
- Reforzar los lazos afectivos. Nada de arrancar la jornada “mandando tareas”, es necesario que el estudiante se sepa y se sienta apreciado por sus maestros. Así que saludar, preguntar cómo están por su casa, echar alguna broma…
- Después de saludar, repasar algo de lo trabajado la semana anterior y el día anterior. Recuerden que que el repaso es necesario para que lo trabajado pase de la memoria de corto plazo, a la memoria de mediano plazo. Lo que no se repasa, se olvida rápido.
- Hay que partir de los intereses de los estudiantes, pues es la manera de logar el interés. Lo que enseñemos debe tener sentido para ellos, lo que no interesa no se aprende. Recuerdo cando trabajé como voluntaria con niños “huelepega” hace años, les enseñaba geografía a partir de los equipos de beisbol y de baloncesto, deportes que a ellos les gustaban. Igualmente, hay que ser creativos en las propuestas de aprendizaje, con aburrimiento no se aprende nada.
- Las tareas también deben ser interesantes y que les permitan aplicar lo trabajado en las clases.
- La evaluación que sea formativa y no sólo numérica, que no ayuda mucho. Comentar lo que estuvo bien y anotar lo que falta. El estímulo positivo es más eficaz que el negativo, y de paso, también sirve de repaso esos comentarios que se puedan hacer sobre las actividades realizadas por ellos.
Y ahora, consejos a los padres
- Rutina. No olviden que la escuela presencial forma hábitos, estos se adquieren de manera inconsciente, con la repetición, y de 0 a 7 años se aprende por imitación, luego hay que hacerlo de manera consciente. Así que acuerde rutina con ellos. Adquirir hábitos es parte de la educación.
- Si los niños están pequeños, aprendiendo a leer, de manera oral trabaje con ellos los fonemas –los sonidos – que la maestra esté enseñando. “¿Qué palabras comienzan con el sonido ma?” y hacer una lista de manera oral con los sonidos de esa letra o con la que hayan visto. Luego verlo en el libro o hacer unos carteles con palabras de las ya escuchadas y ponerlas en lugares de la casa: mesa… Todo lo que sea establecer relaciones y repasar.
- Repasar oralmente lo que se haya visto la semana anterior o el día anterior. Que repitan lo que se acuerden. Lo que les gustó, lo que les pareció nuevo o interesante…
- Conversaciones imaginarias: ¿si pudieran hablar con sus maestros, ¿qué les dirían? ¿Si pudieran hablar con algún personaje histórico – de los vistos en clase – qué le dirían?
- Entre hermanos ayudarse, que uno le lea cuentos al otro. Esto es muy útil, para los dos.
- Vamos a la bodega, o al supermercado, y hagamos la lista de lo que vamos a comprar y lo que podemos gastar… Matemáticas con sentido.
- En fin, aplicar en casa lo que se trabaja en las clases. No hay que ser exhaustivos. Seleccionen algunos contenidos, o alguna competencia, y trabájenla, mejor si es como si fuera jugando. Para la comprensión lectora, por ejemplo, que lean una receta de cocina o una canción. De lo que se trata es de hacer vida lo que se ha trabajado en las clases.
- Si tienen acceso a internet, busquen canciones educativas, las hay para todas las edades y hasta para aprender inglés.
- Unión Radio tiene unos cuentos extraordinarios, muy bien grabados, escucharlos y preguntar lo que escucharon, los protagonistas del cuento, cómo terminó, qué final le pondrías tu…
- Fe y Alegría, a través de sus 23 emisoras, tiene a diario el programa, “La escuela en la radio”, clases para los más pequeños y para la primaria. Y ahora, para los adolescentes, su programa “Youtuber”, hecho por jóvenes para jóvenes…
De lo que se trata es de reforzar aprendizajes, tener ventanas abiertas para que el estudiante ponga su cerebro a funcionar de manera educativa. Hay que frenar el desaprendizaje.
Lo anterior nos pone a toda la sociedad a pensar en la necesidad de salvar la educación del país, ¿volver paulatinamente? ¿educación híbrida? Claro, hay unos previos necesarios: que los niños y niñas se alimenten – porque la letra con hambre no entra -, que tengamos educadores que quieran y puedan perseverar y para ello que tengan salarios decentes.
LUISA PERNALETE | @luisaconpaz
Educadora en zonas populares por más de 40 años. Utiliza el sentido del humor como herramienta pedagógica.