| Foto archivos The Daily Dot
Caracas.- Si de algo podemos estar seguros, es que Nicolás Maduro y el equipo que lo rodea, desde el 6 de diciembre de 2015, cuando la oposición ganó 112 de los curules de la Asamblea Nacional, ha tratado de ganar tiempo, tomar bocanadas de aire que le permitan mantenerse en el poder, a riesgo de que estirar tanto la cuerda esta se rompa de golpe.
La “mesa de noche” que Maduro y los Rodríguez armaron con Timoteo Zambrano, Claudio Fermín, Felipe Mujica y Henri Falcón es una demostración de esa estrategia. Pero al igual que ante otras de sus acciones, los movimientos en el lado del ajedrez oficialista tienen una respuesta del sector opositor y específicamente de quienes apoyan a Juan Guaidó en el contexto internacional, quienes son los que en estos momentos están en capacidad de ejercer la presión en contra del inquilino de Miraflores.
Claro está, se requiere del trabajo de personajes como Guaidó, Julio Borges y Carlos Vecchio, entre otros, para que esa presión internacional se active con la toma de decisiones para aplicar el Tiar, el Grupo de Lima anunciando la persecución de los funcionarios (civiles y militares), testaferros y familiares en la mayoría de los países que conforman esa organización, EEUU con nuevas sanciones e igual la Unión Europea. Todos articulados para tratar de colocar a Maduro en una posición que solo tenga que negociar cuál de las puertas de salida usará.
Sin duda que ante la falta de una mayor presión interna, por incapacidad del liderazgo local, temor ciudadano infundado por acciones represivas como los organismos de seguridad, en especial la Faes, y las innegables calamidades que pasamos los venezolanos todos los días, que inhiben la organización social, aparece el recurso de la presión internacional.
En ese ámbito de acciones, lo que puedan hacer países como España, Francia, Grecia e Italia, sería determinante para quebrar las uniones internas pegadas con chicle que sostienen a Maduro. Por eso, el reclamo que Borges hizo a las autoridades españolas por tener en su territorio a corruptos y violadores de DDHH o familiares de éstos ¿Cuál sera la reacción de un alto funcionario del Gobierno (civil o militar) cuando vea a sus hijos obligados a salir forzadamente de España, por ejemplo? ¿Qué pensará del hecho de que le congelen cuentas y se reduzcan las vías para drenar un futuro más tranquilo?
Para llegar a ese punto en el cual Europa pareciera comenzar a incrementar el nivel de sus accciones hacia Maduro, tuvo que darse la negociación bajo el esquema de Noruega, y demostrar, como lo dijo un diplomático europeo, que Maduro no está dispuesto a dejar Miraflores sin ser presionado.
Incrementar esa presión puede ser un elemento que tense la cuerda del reloj de tiempo que ha usado Maduro para medir su permanencia en el poder. Aunque todavía faltan muchas horas por transcurrir en medio de la incertidumbre, la desarticulación política y social, la desesperanza, para saber si esta historia tendrá final o un capítulo más.
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