POLITEIA
Por: Nehomaris Sucre
Recibieron golpizas intensas, asfixias con bolsas cargadas de gas tóxico, desnudez forzada y reclusión aislada en habitaciones frías y copadas de oscuridad. Las palizas con fusiles, bastones y otros objetos contundentes se convirtieron en parte de la rutina y por si fuese poco, algunos días les vendaban los ojos y en otros les aplicaban electricidad.
De esta forma, el 21 de enero de 2019 se convirtió en una fecha fatídica para quienes integran el grupo de los 24 sargentos del levantamiento de Cotiza, cuyo intento de sublevación fue contenido aquel día por fuerzas de la Dgcim, Faes, Sebin, Gnb y Pnb.
“Estuvimos esposados espalda con espalda, durante varios días y noches. Para poder comer tuvimos que tirarnos al suelo como perros”, dijo uno de los sargentos, describiendo una pequeña porción de los malos tratos que ha padecido en manos de la Dgcim.
Al líder de la operación, Luis Bandres, lo golpearon con un bate y le propinaron numerosas patadas. También lo asfixiaron con una bolsa y le aplicaron electricidad en distintas zonas de su cuerpo, incluyendo los testículos. Cuando se desmayó debido a las descargas eléctricas, arrojaron agua sobre su cuerpo y lo electrocutaron nuevamente. El hombre se defecó y los funcionarios lo obligaron a ingerir sus propias heces fecales ¡Atrocidad sin límites!
Además, fue obligado a permanecer en la intemperie bajo la lluvia y también en una celda de aislamiento sin acceso a comida. Añadido a esto, en una requisa efectivos de la Dgcim lo desnudaron, intentaron estrangularlo, le dieron golpes y le ocasionaron la ruptura de dos costillas
Contra el sargento Bandres también cometieron violencia sexual, incluyendo un intento de violación con un palo de pico. En palabras de su esposa: “La tortura fue tan insoportable que pedía que lo dejaran ir al baño con la esperanza de encontrar cloro para beber y suicidarse”.
Cabe resaltar que las acciones de violencia sexual, como las perpetradas contra Bandres, constituyen una forma de tortura muy frecuente en países con fuertes conflictos. En el caso venezolano, el Informe de la Misión Independiente de Determinación de los Hechos de las Naciones Unidas (ONU), que nos permitió conocer los detalles narrados aquí, también revela que 74% de los actos de violencia sexual analizados por dicha misión fueron cometidos contra hombres.
Al sargento Bandres durante los primeros días de su detención le hicieron creer que su esposa e hijos también estaban siendo torturados. Esto indudablemente debió aumentar la agonía del hombre.
Adicionalmente, la casa de la familia Bandres fue allanada por la Dgcim y la esposa del sargento afirma que se llevaron varios objetos, entre estos un coche de bebé y la ropa de los niños.
Este hecho da señales de un patrón de daño hacia la familia como elemento para crear zozobra en la persona detenida. Esto puede corroborarse en otros casos analizados en el informe de la Misión Independiente de la ONU.
Actualmente los 24 sargentos continúan detenidos, la mayoría en Ramo Verde, mientras que Luis Bandres y otro de sus compañeros, Geomer Martínez, se encuentran en la prisión de La Pica.
En este sentido, el futuro de los uniformados de Cotiza se tiñe de incertidumbre, pero sus familiares y algunas organizaciones defensoras de los derechos humanos continúan abogando por justicia para ellos.
NEHOMARIS SUCRE | @Neho_Escribe
Politóloga, militar retirada y cursante de la Maestría en Literatura Venezolana (UCV).
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