La prevención de una vida no puede ser manejada como una campaña publicitaria

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LA VOZ DEL INFOCIUDADANO


Por: Karina Oval

El diseño de una política pública de prevención de violencia de género no debe ser tratado bajo parámetros de campaña comunicacional masiva o publicitaria, si el objetivo es la prevención de una vida, sobre todo en aquellos gobiernos donde los sistemas de atención y respuesta a la víctima no son expeditos. 

Vemos con preocupación cómo se propone que iniciativas como “Mascarilla 19”  se conviertan en códigos de prevención y alertas de ayuda, ante mujeres en riesgo o víctimas de violencia de género en gobiernos cuyos procesos burocráticos y escaso personal de seguridad limitan la movilización y atención rápida y oportuna de la víctima. 

Bajo nuestras realidades, estas iniciativas solo deben servir de referencia para que grupos de apoyo, ONG defensoras de derechos de la mujer y el círculo de amistades o familia cercanas a la víctima, generen códigos de alerta únicos, propios y específicos, según la realidad y contexto sociocultural de cada mujer. 

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Una campaña de códigos de prevención y señales de alerta, no puede ser manejada como publicidad masiva, sin embargo vemos países como España, Chile, Argentina, Costa Rica, Canadá han asumido desde sus ministerios e institutos nacionales de la mujer campañas que se difunden en medios de comunicación, donde se muestra gráficamente y en lugares públicos, como farmacias y supermercados, el código acompañado de mensajes como: “Si estas sufriendo maltrato y necesitas ayuda, acude a tu farmacia y pide ‘Mascarilla 19′». Las promotoras de la iniciativa manifiestan que la persona debe acudir a la farmacia y pedir la mascarilla, los empleados le dirán que no hay, pero que les llegará, de allí proceden a tomar sus datos, y llamar a los servicios de protección a la víctima; ello solo es válido y posible si los sistemas de gobierno están preparados y sensibilizados para dar una respuesta rápida y oportuna a la víctima. 


Bajo nuestras realidades, estas iniciativas solo deben servir de referencia para que grupos de apoyo, ONG defensoras de derechos de la mujer y el círculo de amistades o familia cercanas a la víctima, generen códigos de alerta únicos, propios y específicos, según la realidad y contexto sociocultural de cada mujer

Karina Oval

Según se evidencia en la carta que difunde el Gobierno de Canaria sobre los objetivos de la iniciativa extranjera “Mascarilla 19” acogida en varios países, la misma pretende “facilitar que las mujeres víctimas de violencia de género en situación de confinamiento puedan alertar de sus circunstancias para obtener ayuda, haciéndoles sentir que no están solas”. “Disuadir a los agresores de sus conductas, haciéndoles saber que la sociedad en su conjunto está vigilante para proteger a las mujeres de toda posible agresión”. “Sensibilizar a la sociedad en su conjunto frente al problema social que supone la violencia de género favoreciendo una actitud activa de rechazo frente a la misma”.

No podemos seguir manejando el tema de la violencia de género como una campaña de marketing, si pretendemos poner el foco en la víctima. Por otro lado, no podemos cubrir objetivos tan diversos como facilitar que la víctima pueda alertar y menos aún en confinamiento, disuadir al agresor y sensibilizar a una sociedad, con la misma propuesta de acción. 

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Si analizamos la iniciativa a la luz del comportamiento de la víctima y su victimario, entendemos que el código de seguridad “Mascarilla 19” se plantea porque la víctima está en presencia del victimario, razón por la cual se establece un mensaje “clave”. Si esto es así, es utópico pensar que una campaña de prevención masiva donde se revela a conocimiento público el código de seguridad, sería realmente efectiva y preventiva, y no más bien un potencial aumento de riesgo para la víctima. 

Si la víctima tiene la posibilidad de salir de su residencia sin la vigilancia y control del victimario, lo correcto es que la misma pueda tener a mano números de grupos de apoyo con atención legal, social, psicológica y médica, como por ejemplo en el caso Venezuela: Psicólogos Sin Frontera y Cesap Tlf. (0424) 292.56.02, el número de la Oficina Nacional para la Atención Integral de las Víctimas de Violencia Tlf 212-951.41.67, o el número Nacional VEN211 (836211) donde puede pedir ayuda. También de acuerdo con la realidad de cada víctima y su contexto, será importante establecer códigos de seguridad pero generados de manera personalizada en común acuerdo con familiares de confianza o vecinos que podrán elevar la petición de ayuda ante los Órganos de Protección más cercanos. 

Es importante cuando diseñamos una política o campaña de prevención, tener claro el contexto jurídico, político y cultural; y analizar donde estamos poniendo el foco de actuación, asumiendo una actitud responsable y entiendo los verdaderos riesgos a los que exponemos a una mujer víctima de violencia cuando pretendemos cubrir objetivos tan diversos y hacer marketing de un problema tan serio y delicado.


KARINA OVAL | @serconsultoria.ve

Politóloga. Educadora. Asesora en programas de prevención, certificada por la Oficina Nacional Antidrogas (ONA). Promotora de Derechos de la Mujer y NNA