Por: Karina Monsalve
Consternación, perplejidad y miedo son los sentimientos que hemos experimentado los ciudadanos en los últimos meses de abril y mayo ante el aumento alarmante de los casos de suicidio en nuestro país.
Lanzarse desde pisos altos o desde las autopistas han sido las salidas que han encontrado las víctimas como parte de su estrategia para terminar con el sufrimiento que les aqueja.
De acuerdo con las cifras del Observatorio Venezolano de violencia la tasa más alta de los últimos 30 años. En la última semana del mes de abril al menos 4 personas se suicidaron.
Aun cuando es difícil determinar las motivaciones personales e individuales de cada caso, es posible que uno de los factores contribuyentes a tal decisión esté asociada a la grave situación económica, agudizada en los tiempos de pandemia, que atraviesan muchos ciudadanos en este momento. Son muchos los factores que intervienen en un ser sufriente para tomar tal decisión. Pero nos preguntamos, cuál de todos los factores (sociales, económicos, de salud, afectivos, emocionales, psiquiátricos, entre otros) se ha agudizado en estos tiempos, para causar en varias personas casi al unísono el mismo resultado.
Hablábamos hace unos días atrás sobre el nuevo concepto de fatiga pandémica introducido por la OMS en febrero de este año para referirse a la sensación de cansancio físico e intelectual que involucra la salud mental y emocional de las personas afectadas como consecuencia de las medidas de radicalización, las medidas necesarias para evitar los contagios, el aislamiento, el encierro prolongado; todo aquello termina generando un agotamiento generalizado.
Karina Monsalve
En medio de la necesidad de buscar una explicación causal y determinante de estos hechos, pareciera que estos nuevos factores que involucra la fatiga pandémica pueden generar o al menos haber contribuido a la serie de problemas o conflictos por los que transitaban estas personas.
Además de los factores personales, emocionales o psiquiátricos, es probable que estas personas, aun cuando no busquen tratamiento, sobre todo porque creen que nada los ayudará, no hayan conseguido respuestas de ayuda en su red de apoyo cercano o de las entidades encargadas del auxilio psicológico, por lo que pudiera haber agudizado la situación de estrés emocional.
Es una realidad que, para muchos, la situación actual (de pandemia más crisis de país) sobrepasa la capacidad de respuesta individual para sobrellevar tales circunstancia donde la demanda y exigencia personal es mayor en comparación con cualquier otra época en la vida. Trayendo como consecuencia el acto suicida como la salida a los problemas.
Por su parte, Cecodap también alerta en su último informe sobre el aumento de los casos de suicidios de niñas, niños y adolescentes. Describen que los detonantes del suicido en esta población fueron identificados como conflictos familiares, abuso sexual y trastornos psiquiátricos.
Generalmente, la atención del suicidio es delegada a la familia y por eso aquí algunas de las recomendaciones para hacer frente a esta situación y poder ayudar a la persona que pudieran estar sufriendo ahora:
KARINA MONSALVE | TW @karinakarinammq IG @psic.ka.monsalve
Psicóloga clínica del Centro Médico Docente La Trinidad.
Esta web usa cookies.