CIENCIA Y LETRAS
Por: Paulino Betancourt
¿Ya han visto a los araguaneyes mostrando su colorido? Flores amarillas que le dan su nombre. Flor de oro brotan en ciudades y montañas cubriendo el suelo con sus pétalos. Nos trae el recuerdo de las hermosas estrofas del profesor de Preescolar Landis Lecumberre:
Llegó el mes, araguaney,
del más tónico amarillo
que se liga con el brillo
que te marca como rey.
Siempre cumples con la ley
que a marzo caracteriza,
y ante la cálida brisa
luces tu preciosa danza
que el ánimo nos alcanza
y el entusiasmo matiza.
Si pensamos en marzo, la imagen que nos viene a la mente es probablemente la misma del poema, la de los admirables araguaneyes en flor. Pero este año, la temporada de floración de los araguaneyes en Venezuela llegó mucho más temprano, al igual que con otras especies en el mundo. Los expertos advierten que es una señal de la gran crisis climática que amenaza a los ecosistemas.
El cambio climático está perturbando a las temporadas de sequía y lluvia, y por tanto a los ciclos biológicos de plantas y animales, como la floración, la caída de hojas o el arribo de las especies migratorias. En este sentido, la fenología, ciencia que estudia la relación entre el clima y estos ciclos naturales, está dando información esclarecedora sobre cómo están afectando los cambios en el clima a la biodiversidad de todo el planeta.
Según los datos recopilados, existen cambios indudables en el calendario natural de las plantas y animales. Así que el mango está floreciendo semanas antes, al igual que el bucare. ¡Cada década se están adelantando varios días! Las fechas de máxima floración suelen cambiar cada año, dependiendo de numerosos factores como el clima y las lluvias, pero se ha observado una tendencia general a adelantarse cada vez más.
En este sentido, a inicios de enero me extrañó observar a los araguaneyes floreados y sentí la curiosidad de buscar en mis registros fotográficos de años anteriores, la fecha en la cual tomé las imágenes de estos árboles en flor. Colocando los datos en conjunto, construí una gráfica que nos muestra claramente este adelanto en el período de floración.
Se cree que el aumento de la temperatura sería el factor principal de este cambio y tendría dos orígenes: las edificaciones en las ciudades y el cambio climático. Con el aumento de las grandes urbanizaciones, las metrópolis tienden a calentarse más que las zonas rurales, a este fenómeno se le denomina “efecto isla”. Pero el mayor peso lo tiene el cambio climático, que ha inducido el aumento de las temperaturas en Caracas y el mundo.
La floración adelantada del árbol nacional es solo la punta del iceberg de un fenómeno mundial que podría desequilibrar los sistemas naturales y las economías de los países. Los efectos del cambio climático también están afectando a los cerezos en Japón y a las poblaciones de insectos que se nutren de sus flores. Más recientemente, el miércoles pasado 9 de febrero, los científicos en el Reino Unido dijeron que el aumento de las temperaturas estaba causando que algunas plantas florecieran casi un mes antes, coincidiendo con la temporada de invierno. Este hecho, aumenta los ciclos de alimentación para los insectos, pájaros y otros animales migratorios que han evolucionado para sincronizarse con el florecimiento de ciertas plantas.
La relación entre las plantas y los animales se ha desarrollado a lo largo de miles y millones de años, pero en el último siglo el cambio climático lo está desincronizando, alterando así todas estas relaciones.
Las Naciones Unidas comunicaron en enero que los últimos siete años habían sido los más calurosos jamás registrados, con una temperatura global promedio en 2021 de alrededor de 1,11 grados centígrados, por encima de los niveles preindustriales. Por su parte, los autores del artículo publicado en Proceedings of the Royal Society B (https://doi.org/10.1098/rspb.2021.2456) indicaron que: “una variación de un grado en la temperatura no parece mucho. Pero afecta la respuesta de un ecosistema, y se traducié en un adelanto de la floración en al menos un mes antes”.
En conclusión, la desincronización entre aves, insectos y plantas podría ser la primera etapa hacia un desastre ecológico y nuestros araguaneyes parecen estar alertándonos, con sus vivos colores, sobre los peligros que corremos todas las especies del planeta de no corregir a tiempo esta crisis climática ocasionada por el hombre.
PAULINO BETANCOURT | @p_betanco
Investigador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat
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