Por: Rogelio Guevara Cantillo
Las relaciones entre Irán y Venezuela datan desde los inicios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) en la década de los 60, cuando ambos países se convirtieron en socios, pero durante el régimen del presidente Hugo Chávez Frías fue cuando los vínculos y lazos se fortalecieron. En primera instancia, se estableció una alianza económica que al día de hoy no ha funcionado y que es “misteriosa”, ya que no hay información concreta ni en detalle; tampoco en ninguna página web del Estado hay estadísticas serias y confiables al respecto. Todavía –como escribía en una entrega anterior– a pesar del revuelo mediático, no hay respuesta sobre las relaciones entre Venezuela y Corea del Norte, otro régimen conocido por violar de derechos humanos.
En días recientes, se cumplieron 60 años de la relación Irán y Venezuela. ¿Cuál es la realidad de estos lazos entre estos dos regímenes? Como todas las relaciones del régimen de Nicolás Maduro y el Psuv, todo es misterio, en especial con aliados como China, Rusia, Corea del Norte, Irán o Cuba. Siempre el Estado venezolano, secuestrado por Maduro, ofrece información muy genérica, muy vaga al respecto.
En las últimas semanas, Maduro ha afianzado su alianza con Irán desde el punto de vista energético. Lamentablemente, Venezuela va poco a poco cayendo en la desgracia y el olvido petrolero mundial. La producción nacional de petróleo mensual hoy ronda los 390.000 barriles diarios aproximadamente y el sistema refinador y en concreto el productor de gasolina solo da traspiés semana a semana, generando incertidumbre e inseguridad en los venezolanos. La problemática de la gasolina es para largo. La administración Trump logró retener hace solo horas la carga de gasolina de cuatro buques iraníes, estos son el Bella, Bering, Luna y Pandi y tenían destino a la atribulada Venezuela.
Rogelio Guevara Cantillo
En este sentido, conversé con el especialista en energía y petróleo Oswaldo Felizzola, profesor del Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA). El profesor Felizzola considera que: “Esta retención de los buques iraníes es un acto sin precedentes en la historia petrolera. Nos muestra lo lejos que está dispuesto a llegar Estados Unidos con tal de controlar y hacer cumplir las sanciones. Irán no se encuentra en una posición como para hacer una retaliación militar debido al deceso de su principal general Soleimani a comienzos del año. Por lo que puede ser visto también como un acto de apoyo a sus aliados en la región, es decir Arabia Saudita. Irán aún puede hacer mucho ruido en el estrecho de Ormuz, aprovechando el muy posible apoyo ruso. Lo que de seguro aumentará las tensiones en la región. Pero el mundo no se encuentra en una posición como para soportar una crisis petrolera, por lo que esto podría afectar significativamente la recuperación económica mundial post COVID-19. Para Venezuela son malas noticias también, ya que mientras dure este conflicto será más difícil conseguir más combustible para la economía nacional, ya que nuestras refinerías están muy lejos de producir combustibles suficientes para nuestras necesidades de consumo interno inclusive. Esto hace más presión sobre el gobierno de Maduro para que abandone el cargo. Recuerden que Trump necesita una victoria diplomática más que nunca si desea ganar las elecciones de noviembre y en la Florida es muy sensible el tema venezolano”.
Oswaldo Felizzola
Por su parte, el experto en análisis de entorno político, económico y legal Rafael Alvarez Loscher, director General de la firma Iuriscorp en Caracas, Venezuela, reflexiona sobre la retención de estos buques. Me explica que: “Se trata de una operación de confiscación de la gasolina producto de las sanciones que operan especialmente a la industria petrolera venezolana, pero secundariamente a Irán. Ambos países se han aliado para estructurar acuerdos de negocios contrarios a normas estadounidenses. Es importante destacar que fueron incautados los barcos cuya bandera no es iraní”. En este sentido agrega Álvarez Loscher: “Esto tiene varias consecuencias, la primera es que evidencia que Estados Unidos está dispuesto a ejecutar medidas tangibles para asegurar la presión a ambos regímenes y particularmente a Venezuela, que, a pesar de lo complicado, pudiera verse como una victoria de Trump en el corto plazo. Lo otro es que, con el efecto secundario de las sanciones, dificulto que muchos operadores financieros y petroleros quieran seguir asumiendo los riesgos de mantener relaciones comerciales con Caracas”.
Las colas por la gasolina reaparecen en Caracas y muchas ciudades del país que ya sufrían desde hace meses y años de esta terrible escasez del preciado líquido. El futuro de las importaciones de gasolina a Venezuela luce sombrío con el precedente de la confiscación y la inestabilidad productiva de los complejos refinadores domésticos.
ROGELIO GUEVARA CANTILLO | @rogeliogcmundo
Especialista y analista de comercio internacional
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