Sur del Lago.- Augusto de Jesús Sánchez González, de 64 años, falleció el pasado martes 12 de marzo como consecuencia de la falta de electricidad durante el reciente apagón nacional de cinco días. El sexagenario no pudo realizarse el tratamiento de hemodiálisis y murió por retención de líquidos. Otros pacientes en la zona también resultaron afectados, pero Sánchez corrió con peor fortuna.
César Sánchez, hijo del docente fallecido, contó a El Pitazo que la semana pasada su progenitor, a quien le diagnosticaron diabetes mellitus hace 16 años, fue intervenido quirúrgicamente en el hospital Hugo Chávez en El Vigía, municipio Alberto Adriani del estado Mérida.
“Le amputaron una pierna y estaba débil. Recibió una sesión de diálisis. Le tocaba de nuevo entre viernes y sábado, pero no había electricidad y lo volvimos a traer a casa”, relató el comerciante de 34 años, residente del poblado de Santa Cruz de Zulia, en el municipio Colón.
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Explicó que cuando restablecieron progresivamente el sistema eléctrico nacional, luego de 122 horas sin luz, en la familia hubo una esperanza de purificar de nuevo la sangre de Augusto en la clínica Luis Razzeti. Sin embargo, fue demasiado tarde.
Mariangel Sánchez, nieta del anciano, refirió que la enfermera que lo cuidaba, en el sector La Marina de la parroquia Santa Cruz, notificó que debido a la acumulación de líquidos en su cuerpo, sufrió un paro respiratorio que puso fin a su vida. “No suelo manifestar nada en contra de nadie, pero aún hay gente que celebra y aplaude a este gobierno y por culpa de su ineficiencia mi abuelo ha muerto”, declaró.
Augusto de Jesús Sánchez tuvo cuatro hijos y más de 10 nietos. Por más de dos décadas fue docente de la cátedra de Dibujo Técnico en los liceos privados Nuestra Señora de Belén y Creación Zulia. Se jubiló hace unos años. “Siempre tenía la esperanza de ver al país en libertad, sin tanto sufrimiento de la gente por falta de una medicina o de dinero al no poder adquirirla”.
La joven señaló que en la zona Sur del Lago en el Zulia los pacientes con deficiencias nefrológicas y otras patologías que ameritan ser tratadas en unidades de diálisis deben trasladarse hasta el estado Mérida.
Su familiar, junto a otro grupo de pacientes, iba tres veces por semana en una ruta habilitada por la Alcaldía del municipio Colón, para su tratamiento en dos centros nefrológicos públicos que aún existen en el municipio merideño Alberto Adriani. “Lo más importante es que el Gobierno dote de plantas a estos espacios, que los mantenga operativos. Una vida no se recupera”, acotó su hijo César.
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