Pacientes renales piden que los beneficien con el surtido de combustible | Foto: archivo
Maracaibo.- Luis Tello, paciente renal, camina dos kilometros, unos 30 minutos, para llegar al Hospital Universitario de Maracaibo a recibir su tratamiento de diálisis. Lo hace porque tiene dos semanas que no puede comprar gasolina en las estaciones de servicio de la capital zuliana, donde el combustible está escaso nuevamente. Por otra parte, el transporte público dejó de ser una opción porque está prohibido en Maracaibo desde que se inició la cuarentena por el COVID-19.
Tello informó que debió mudarse esta semana a la casa de su hija, en la avenida Cecilio Acosta, para asistir a sus diálisis -tratamiento que debe cumplir tres veces por semana- sin tener que caminar tanto. Su residencia propia está a unos 25 minutos en carro desde el hospital; en otras palabras, es más largo el trayecto.
«El problema es que la colas están muy largas. Se hacen desde el día anterior y no logras ni echar», afirmó Tello, quien indicó que las larga espera en cola es contraproducente para la salud de los pacientes renales.
Alertó que hay pacientes que no asisten a la diálisis por no tener cómo movilizarse. «El miércoles 8 de julio faltaron 5 personas de las 10 que se dializan en el segundo turno. Eso es grave», apuntó.
Luis Tello precisó que los funcionarios que controlan la entrada de los vehículos en las estaciones de servicio no les prestan la colaboración a los pacientes crónicos. Destacó también que la Alcaldía de Maracaibo habilitó desde mayo una ruta de autobús para atender el traslado de los pacientes renales, pero que el servicio falla.
Por su parte, Charon González, abuela de un paciente renal, dijo que desde la tercera semana de junio no han podido comprar gasolina subsidiada -con un precio de 5.000 bolívares el litro-. «Nosotros no podemos comprar gasolina en las estaciones dolarizadas porque no tenemos dinero. A veces nos falla la comida, mucho menos vamos a poder comprar gasolina dolarizada».
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González indicó que el martes 7 de julio madrugó en vano con su nieto Gerardo Araujo, paciente renal, pues no lograron comprar gasolina y los funcionarios policiales no les prestaron el apoyo. «Para trasladarme al hospital me ha tocado pedirles cola a los vecinos», dijo González, quien pide a las autoridades que los beneficien con 30 litros de gasolina a la semana, como se hizo hasta el 1 de junio.
La Gobernación de Zulia elaboró un plan para el suministro de combustible a los pacientes crónicos, que consistía en el surtido de 30 litros de gasolina todos los domingos. Ese beneficio se acabó cuando el gobierno de Nicolás Maduro reabrió desde el 1 de junio todas las estaciones de servicio.
Pese a la reapertura, el despacho de combustible en las estaciones de servicio de Maracaibo disminuyó desde la última semana de junio, y hasta este miércoles solo se les distribuyó gasolina a 21 de las 90 bombas que hay en Maracaibo, según fuentes del sector.
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