Santa Bárbara de Zulia.- Ya no se trata de la promesa de un llenadero de gas doméstico, sino que el alcalde del municipio Colón, Blagdimir Labrador y los concejales del chavismo en esa jurisdicción del Sur del Lago de Maracaibo, en el estado Zulia, han asomado a los ciudadanos la posible creación de un instituto de gas doméstico para paliar el marcado déficit de este servicio público.
Desde hace dos años las fallas de distribución del derivado del petróleo, con que se cocinan los alimentos, se intensificaron y sus efectos se sienten tanto en la salud, como en el bolsillo de los zulianos radicados en el extremo sur de este estado occidental.
José Cárdenas, habitante de Santa Cruz de Zulia, contó que las familias de esa parroquia cocinan con leña. Cada mediodía el denso humo les hace toser. Les pican los ojos y la garganta.
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José dijo que quien no quiera cocinar a la antigua, debe cancelar hasta 50.000 bolívares por un cilindro, en su defecto agilizar la compra con pesos colombianos. «Muchas personas no tienen qué comer, mucho menos para pagar las bombonas«, refiere.
Del instituto de gas que se plantean los ediles, apenas se encuentra en la fase de discución de la ordenanza para tales fines. Los concejales afectos al cuestionado gobierno de Nicolás Maduro, informaron en sus cuentas oficiales de red social que la iniciativa pretende regular la distribución del Gas Licuado Petrolizado (GLP) que requieren las familias y cuya distribución está paralizada. Hay poblados que no llega desde hace seis meses, como en el caso de Santa Cruz, tal como lo afirmó Cárdenas a El Pitazo.
Las sesiones ordinarias de la cámara legislativa local, donde los parlamentarios discuten el hasta ahora desconocido texto legal que regirá el instituto, se cumplen a puerta cerrada y con la mera presencia de los gobernantes y los representantes circuitales.
Cardenas mencionó que mientras eso se cumple, cada mañana y tarde las familias del poblado de Santa Cruz siguen juntando trozos de leña para quemarlos, o a la espera de la llegada de los camiones con las bombonas. «Antes de Chávez repartían las bombonas directo a tu casa, ahora hay que hacer colas, pagarlas caras y tardan meses en llegar. Que alguien meta la lupa en todo esto», dijo el trabajador de la economía informal.
