En el municipio Guajira, estado Zulia, es sabido que hay una crisis alimentaria que ha generado desnutrición en los infantes de la zona. Esta situación obliga a cientos de personas a caminar 20 kilómetros hasta la playa de Zuliamar para pedir pescado y así brindar un plato de comida a sus hijos.
En esta playa, ubicada en el sur del poblado de Paraguaipoa, se observan mujeres, hombres y niños desesperados por encontrar pescado. En muchas ocasiones se pelean con los dueños de las lanchas, quienes se niegan a regalarles la proteína a las familias que buscan el sustento de su hogar en medio de la pandemia.
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Anaís Palmar, madre de cuatro niños, relata con lágrimas en los ojos que todos los días va a la playa a buscar pescado porque en su casa no tiene nada que ofrecer a sus hijos. Denunció que en ocasiones son golpeados por los dueños de las lanchas por agarrar pescados.
La mujer wayú narra su situación actual: «El hambre que pasamos es horrible. Tengo cuatro hijos y lloro cuando me piden comida porque no tengo nada que darles. Por esa situación camino todos los días a la playa para pedir pescado, pero los dueños de las lanchas nos pegan por agarrar pescado. Lo hacemos porque las familias están desesperadas por el hambre».
Por la troncal del caribe pasan más de 300 personas caminando hasta llegar a la playa de Zuliamar, donde está la zona pesquera de la región.
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El equipo de El Pitazo en la Guajira conversó con Adolfo Fernández, quien aseguró que por las medidas estrictas para evitar casos de COVID-19 en la región, se quedó sin trabajo y el hambre se adueñó de su hogar. «Hace cuatro meses me quedé sin trabajo y desde entonces hemos pasado mucha necesidad. A veces pasamos un día completo sin comer; por eso camino a la playa a pedir pescado, pero los dueños de las lanchas son malos. No entienden que hay mucha familias que están pasando hambre», destacó Fernández.
Las personas aseguran que en la playa hay unas mujeres llamadas «roleras», que maltratan con palos y mecates a la gente que toma pescado de las lanchas.
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