Machiques de Perijá.- Este viernes 2 de octubre, el centro Misional Los Ángeles del Tukuko cumple 75 años de su fundación y de su gesta misionera. Siete años después de esa fundación, en 1952, llegaron las hermanas de la caridad de Santa Ana a colaborar en esta loable tarea. Son muchos los misioneros que han pasado por la comunidad en estos años y mucho ha sido el trabajo desplegado, además de sacrificios vividos en pro de los indígenas yukpa y barí.
Según la historia, el 2 de octubre de 1945, fray Primitivo de Nogarejas y fray Cesáreo de Armellada, frailes capuchinos, iniciaron una aventura en la Sierra de Perijá, estado Zulia, fundando una misión en los márgenes del río Tukuko, a la que pondrían el nombre de “Los Ángeles del Tukuko” por celebrarse este día la fiesta de los Ángeles Custodios.
En el marco de esta fecha, Katty Martínez, de la Oficina de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas en El Tukuko, asegura que los indígenas yukpas de la Sierra de Perijá, específicamente los que habitan en esta cuenca, siguen sin garantías de una adecuada y sana alimentación, con un aumento de casos de malaria, accidentes ofídicos, escasez de medicamentos y un sistema sanitario casi ausente.
Martínez señaló que los servicios públicos no existen en las comunidades y cuando alguna comunidad dispone de alguno, como por ejemplo la electricidad, es más el tiempo que están sin él en la zona.
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Aseguró que la falta de gasolina agrava la situación de las comunidades, porque no pueden movilizarse,” no se puede trasladar a los enfermos, no se pueden sacar las cosechas, ni mucho menos a pacientes con mordeduras de serpientes o de cualquier otro animal. Los enfermos están en riesgo por no poder ser trasladados a un centro de salud”.
La defensora indígena señaló que este año solo una vez han fumigado en la comunidad como medida preventiva contra la malaria. “Los organismos encargados informan que no tienen el combustible necesario para el rociado del veneno. Malariología cuenta con el insecticida, pero no tiene gasoil ni gasolina, lo que impide el procedimiento en la comunidad.”
Esta misma fuente indica que los partidos políticos han fomentado en las zonas indígenas la desintegración cultural, la división interna y el rechazo a las propias formas ancestrales y tradicionales. “Los políticos solo hacen presencia en las comunidades en tiempo de elecciones y el resto del tiempo las ignoran, dejándolas a su suerte”, puntualizó Martínez.
La mujer yukpa dijo que un claro ejemplo de esto es cuando un indígena se enferma y es trasladado a un hospital en la ciudad de Maracaibo y muere; ni el Ministerio de los Pueblos Indígenas, ni la Oficina de Asuntos Indígenas de la Gobernación, ni la Alcaldía hacen nada para ayudar a los familiares del difunto.
El incumplimiento de planes de trabajo en la promoción de la salud y la ausencia de vehículos para la atención en zonas afectadas complican aún más el panorama. Los caciques afirman que el Estado tiene una mirada indolente y silenciosa, y que en la Sierra de Perijá el sistema sanitario está casi ausente.
En medio de la crisis sanitaria, los habitantes del Tukuko reconocen y resaltan en esta fecha la labor capuchina en la zona indígena.
Martínez resaltó el trabajo de los Hermanos Menores Capuchinos en Venezuela, en especial el de fray Nelson Sandoval, párroco de la comunidad, quien a su juicio es merecedor de un gran respeto y cariño por su obra y apego hacia los indígenas yukpa y barí.
La mujer yukpa señala que el fraile acompaña a los indígenas en sus luchas por sus derechos, además de hacer de conocimiento público los atropellos y la vulnerabilidad que se evidencian en el pueblo yukpa.
“Hoy es un día especial para dar gracias a los misioneros Capuchinos por tener paciencia al indígena, por entendernos y llevarnos de la mano a la salvación que es Dios. Pedimos a San Francisco de Asís que los siga guiando por el sendero del servicio, amor y humildad para con nosotros los indígenas yukpas”.
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