La mayoría de las familias sanfelipeñas presentan bajo peso por no poder acceder a los productos de primera necesidad | Foto: Johana Prieto Andrade
San Felipe.- Una dieta a base de granos y arroz es lo que desde el 17 de marzo come la mayoría de las familias del municipio San Felipe, en el estado Yaracuy. El sueldo básico solo les alcanza para comprar 1/2 kilo de grano y un paquete de arroz: los bonos otorgados por el gobierno nacional no les llegan desde diciembre de 2019.
Ana Karina Delgado, habitante del sector Centro, es una de los tantas ciudadanas afectadas con la situación de desempleo que causó en el país la pandemia mundial por COVID-19 y, con ella las restricciones en sectores comerciales no priorizados. Esta ex trabajadora de una zapatería ubicada en la Avenida Libertador pide ayuda al gobierno regional para alimentar a sus tres hijos.
«Mi esposo también se quedó sin trabajo por la reducción de personal que hizo el dueño de la panadería donde trabajaba, ahora el poco dinero que ingresa a la casa lo utilizamos para medio comer», dijo.
En esta misma situación están más de 600 familias, que aprovechan la semana de flexibilización social para salir a vender de manera informal frutas que en su mayoría cultiva en sus casas.
El Pitazo conversó este 3 de agosto con tres médicos cirujanos de distintos centros asistenciales y todos coincidieron en su gran preocupación por el bajo peso que presentan los pacientes que atienden diariamente en los consultorios.
Según los profesionales de la medicina, quienes prefirieron no ser identificados por miedo a perder sus empleos, más de 75% de los niños atendidos presentan desnutrición, mientras que en adultos y ancianos la cifra podría alcanzar 90%.
«Los adultos que muestran desnutrición crítica nos explican que su dieta está basada en frutas tropicales de la temporada o líquida, ya que prefieren darles los pocos alimentos sólidos que consiguen sus hijos», dijo una galena.
La reacción de las familias sanfelipeñas no se hizo esperar cuando recibieron este mes la caja Clap, que catalogaron de ‘chimba’.
Bernardo Soto, habitante del urbanismo Indio Yara, criticó los pocos productos que trajo el beneficio a la alimentación. «Este mes la caja Clap solo trajo pasta, arroz, azúcar y harina y, su costo fue triplicado ya que pasó de Bs. 45.000 a Bs. 150.000«, dijo.
Otros consumidores denunciaron que muchas familias hicieron sacrificios para favorecerse con la bolsa Clap pues en mayo trajo aceite, granos, sardina en lata, pasta, azúcar, harina y arroz.
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