La indiferencia de algunos yaracuyanos podría ser la causa del aumento de casos de COVID-19 en la región | Foto: Johana Prieto Andrade
San Felipe.- Habitantes del estado Yaracuy conocieron la noche de este 25 de agosto la confirmación de tres personas muertas a causa del COVID-19 y la infección de 20 personas más, para un total de 108 pacientes actualmente hospitalizados.
La información fue suministrada por el gobernador Julio León a través de sus cuentas de Instagram y Facebook, @julioleonyara, donde manifestó que hasta este 25 de agosto la cifra de muertes se eleva a 12.
«Los nuevos casos confirmados con COVID-19 pertenecen a los municipios San Felipe, Independencia, Cocorote, Urachiche, Páez, Bolívar, Peña, Bruzual y se suma el municipio Manuel Monge, jurisdicción que hasta la fecha no había registrado casos positivos», dijo.
Delcy Rodríguez informó sobre 6 fallecidos y 820 nuevos casos de COVID-19 #25Ago
Hasta la fecha, 333 yaracuyanos han contraído coronavirus desde el inicio de la cuarentena social iniciada en marzo, de los cuales 213 se han recuperado.
Autoridades sanitarias adscritas a Corposalud-Yaracuy estiman que los mayores focos de contagio han sido el importado y el comunitario, este último por la rebeldía de algunos ciudadanos de no cumplir con las normas de seguridad aplicadas para evitar el COVID-19, entre ellas el uso adecuado de la mascarilla o tapabocas, el distanciamiento social y el lavado frecuente de manos y cara.
El jueves 20 de agosto, el mandatario regional giró la orden de aplicar jornadas de concienciación en prevención al COVID-19, con el objetivo de educar a la colectividad sobre la importancia de la protección personal.
Las jornadas que se aplican simultáneamente en los 14 municipios del estado Yaracuy no han dado buenos frutos hasta ahora, pues las personas abordadas por entes gubernamentales hacen caso omiso a las recomendaciones.
Una muestra de ello es el colapso que se observa en paradas de transporte urbano, en entidades bancarias y en las afueras de algunos establecimientos comerciales, donde usuarios y empleados de estos comercios cargan de ‘adorno’ el tapaboca en el cuello, la frente e incluso en el bolsillo de la camisa o del pantalón.
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