Punto Fijo.- El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ejecuta diversos programas para ayudar a estudiantes, docentes y personas de la comunidad en tres escuelas Fe y Alegría de Falcón. Los programas iniciaron el año pasado y se han mantenido, pese a la pandemia por el COVID-19.
Los colegios seleccionados son Padre Víctor Iriarte, Santa Rita de Cumarebo y Nazaret Fe y Alegría. Los tres son de la familia Nazaret y están ubicados en zonas populares de Falcón. Cada uno atiende a más de 1.400 estudiantes, aunque también a los niños de las comunidades que no estudian en estos colegios, pero viven en el mismo sector de las instituciones educativas.
Sonia Yagua de Pérez, directora del Colegio Nazaret Fe y Alegría, ubicado en Punto Fijo, detalló que estos beneficios comenzaron a llegar el año pasado en diferentes programas que lleva Unicef, uno de ellos es tallar y pesar a todos los estudiantes para conocer los estatus nutricionales y aportar desparasitantes, vitaminas y alimentos nutritivos a los estudiantes que están por debajo de su peso.
Este trabajo lo realiza un grupo de especialistas de la organización, conformado por nutricionistas, psicólogos, enfermeros y médicos, quienes citan a los estudiantes por grado y sección y así llevan un censo detallado de los 1.457 estudiantes que están en la institución, desde preescolar hasta sexto año.
El programa permite hacer seguimiento a los estudiantes con bajo peso y a las familias de escasos recursos para otorgar sesiones psicológicas totalmente gratis y continuas, con el fin que la familia pueda salir de la malnutrición.
Este año, el trabajo inició con la entrega de kit escolares para todos los estudiantes, que consta de una libreta, papel de colores, bolígrafos, lápiz, borrador, sacapuntas, colores, regla y compás. Este kit se distribuyó para todos los estudiantes y también fueron donados otros para los salones de preescolar, que serán usados por los docentes durante sus horarios de clases.
En la institución, Unicef también verificó el estatus de los baños y el agua potable que los niños usan desde los bebederos, tomando en consideración que la escuela no cuenta con agua potable por tuberías constantemente y deben recurrir a los camiones cisternas. Esto los llevó a hacerle un estudio al agua que los niños consumen y se planteó un proyecto de purificación que esperan sea aprobado en la próxima fase.
Yagua de Pérez refirió que Unicef ha sido un gran aliado para atender a los niños de la institución, ya que muchos son de escasos recursos y estaban bajos de peso. El programa que lleva a cabo el fondo ayuda a sacar los niños de la malnutrición para que puedan captar todo lo que la educación les ofrece.
La directora agradeció que la institución haya sido tomada en cuenta, ya que queda en una comunidad vulnerable donde habitan muchas familias de escasos recursos, y de que también reciban apoyo para desarrollar proyectos que beneficien a la colectividad.
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