Judibana.- Por tercera vez en las últimas dos semanas, al menos 250 trabajadores del Centro Refinador Paraguaná (CRP), ubicado en la península del mismo nombre del estado Falcón, tomaron las calles este jueves 12 de septiembre desde las 7:00 am, al soltar su guardia nocturna, y en grupo caminaron hasta la plaza de Judibana, donde se concentraron en acción de protesta por las malas condiciones laborales a las que están sometidos.
«Nos dan una braga si acaso por año. Los salarios no nos alcanzan ni para el pasaje; el trabajador petrolero está denigrado», dijo uno de ellos. En conjunto decidieron que sus nombres no aparezcan, debido a que ya han recibido amenazas de despido y persecución en caso de que declaren a la prensa o «se nos consiga que hemos hablado con los periodistas».
Aseguran que la comida es muy mala; no hay agua ni para tomar y tampoco funciona el seguro de Hospitalización, Cirugía y Maternidad (HCM), que era el que los mantenía con ganas de seguir trabajando.
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Además de los salarios muy bajos, denunciaron que desde marzo no les pagan las horas extras, días feriados ni los bonos nocturnos, lo que los mantiene cobrando solo el salario, que no llega a 20.000 bolívares semanales.
Dijeron que es cierto que tienen una tarjeta de alimentación de 200.000 bolívares mensuales que no les alcanza para la comida de dos días y a veces les dan bolsas o cajas Clap, que tampoco son la solución para mantenerse trabajando.
Recordaron que en años anteriores con su salario tenían calidad de vida para sus familias. En vacaciones podían viajar y sacar a sus hijos; ahora no pueden ni completar el mercado de la semana. La mayoría ha tenido que comenzar a hacer otros trabajos al salir de refinería, como taxistas, para poder llevar el alimento diario a sus hogares.
Dijeron que han recibido muchos engaños por parte de las gerencias con supuestos pagos que nunca llegan. Además están sometidos a comer sardinas, pasta, arroz y mortadela durante semanas seguidas en los comedores de Pdvsa para dejarles la poca comida que pueden comprar a sus hijos.
Creen que están regalando su trabajo; sin embargo, no renuncian porque creen que las condiciones pueden cambiar con empeño. Expresaron que están preparados para recuperar la industria petrolera, que llegó a ser la más grande del mundo, pero también debe haber un gran interés en los gobernantes para que estos procesos puedan darse.
Seguirán en protesta los días que sean necesarios para que esta solicitud llegue a Pdvsa en Caracas y puedan ofrecer soluciones.
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