San Felipe.- Trabajadores informales que hacen vida en la terminal de pasajeros del municipio San Felipe, en Yaracuy, exigieron este 23 de febrero, al alcalde encargado Rogger Daza la reapertura del terminal terrestre el cual se encuentra inoperativo desde hace 10 meses, luego de que fue cerrado por la pandemia mundial.
Un grupo de 25 buhoneros expresaron que están pasando hambre, pues el gobierno de Yaracuy no les permite laborar en calles para evitar la propagación de casos COVID-19.
Unas de las tácticas que han implementado este grupo de trabajadores informales es la de vender su mercancía a escondidas, es decir, que no sea visible ante los ojos de funcionarios de Poliyaracuy.
Uno de los buhoneros, quién prefirió no ser identificado dijo: «Para ganarme la arepa de mis hijos y la mía propia, en un bolso meto paquetes de chupetas, granos e incluso sal detallada y se las ofrezco a las personas mientras esperan en la parada de autobús».
Dijo que a varios compañeros lo han garrado en flagrancia efectivos de Poliyaracuy vendiendo productos de primera necesidad de manera informal. A la mayoría, explica el buhonero, le decomisan la mercancía.
El trabajador informal pide al gobierno regional permitirles trabajar en las calles mientras la terminal de pasajeros se encuentra cerrada, pues al igual que el resto de los comerciantes formales, ellos también tienen familias que mantener.
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El alcalde encargado de San Felipe, Rogger Daza, en compañía de su tren ejecutivo hizo, este 23 de febrero, una inspección en la sede de la terminal de pasajeros con la intensión de levantar un proyecto para rehabilitar la infraestructura que data de 1.956.
Con relación a la reapertura, el alcalde señaló que la misma iniciaría nuevamente sus funciones al avanzar en los trabajos de rehabilitación.
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