San Carlos de Zulia.- Marcos Molina Manrique, de 49 años, sacerdote de la parroquia San Carlos Borromeo, en el municipio Colón del estado Zulia, recibió el alta médica la tarde este martes 4 de agosto en el Instituto Autónomo Hospital Universitario Los Andes (Iahula), tras recibir la confirmación de ser negativo al COVID-19, tal como lo revela el resultado de la Prueba de Reacción a la Polimerasa (PCR) que le fue tomada en ese centro de salud.
Así lo confirmó este miércoles 5 de agosto a El Pitazo Mayra Briceño, sobrina del sacerdote, quien recalca que en las tres pruebas rápidas previas el resultado también fue negativo para el coronavirus, enfermedad de la que había sospechas porque el clérigo presentaba síntomas.
La pariente del religioso aclara que su diagnóstico fue fibrosis pulmonar y por eso debe seguir bajo cuidados médicos, aunque ahora lo hace desde la residencia materna de Molina Manrique, ubicada en la ciudad de El Vigía, municipio Alberto Adriani del estado Mérida.
LEE TAMBIÉN
Venezuela registra 684 nuevos casos y 7 muertes por COVID-19 este #4Ago
Briceño indicó que aún debe ser asistido con oxígeno y que gracias al aporte de colaboradores y del hospital de El Vigía consiguieron bombonas para cumplir el tratamiento y las terapias respiratorias. Tiene prohibidas las visitas.
Molina permanece en la casa familiar, ubicada en la calle 9 del barrio 12 de octubre, sector La Blanca, en la ciudad andina que limita con el municipio Colón del estado Zulia, donde desde hace seis años Molina es párroco en la Catedral San Carlos Borromeo.
Desde el 8 de julio Marcos debió ser trasladado desde una clínica privada en San Carlos de Zulia hasta la capital emeritense, ante un cuadro severo que le impedía respirar por sí solo y que se agudizó por ser diabético.
LEE TAMBIÉN
Mirandino con COVID-19: “A quienes nos contagiamos nos etiquetan”
Marcos fue aislado en el área que solía ser para pacientes coronarios, pero que fue habilitada en el nosocomio centinela para pacientes con afecciones respiratorias. Allí no tenía contacto con familiares. Solo personal de salud lo evaluaba mientras él y sus compañeros respiraban con ayuda de cilindros y medicamentos endovenosos.
Desde el primer momento de su hospitalización, el colectivo hizo aportes para que la familia pudiera costear los medicamentos que le administraban en el centro asistencial merideño.
La familia Molina Manrique emitió además un comunicado la mañana de este miércoles en el que agradecen la solidaridad de los coterráneos, feligresía, instituciones y gremios, así como médicos y enfermeros. A todos les agradecen las muestras de cariño y el respaldo económico, sentimental y espiritual para con la recuperación del guía espiritual del catolicismo en el Sur del Lago.