Los edificios están abandonados. Foto: Irene Revilla
Punto Fijo.- «Estoy en mi Punto Fijo», así decía don Rafael González Estaba al referirse al lugar donde se encontraba con su amor y de donde nació el nombre de esta ciudad que fue poblada y habitada principalmente por extranjeros que llegaron a construir las refinerías Amuay y Cardón, que forman parte del Complejo Refinador Paraguaná (CRP).
Punto Fijo, pese a ser una ciudad joven, con apenas 52 años de fundada, fue conocida como el caserío más grande del mundo. Este empuje extranjero la hizo una zona amplia, con casas grandes y avenidas extensas que se asemejan a las zonas de otros países.
Su crecimiento fue muy rápido, al punto de que se convirtió en la principal ciudad de Paraguaná, según los historiadores. Un gran impulso que la convirtió en una ventana para el turismo fue la declaración de Zona Libre en el año 1999. En el centro de la ciudad se construyeron grandes edificios, al igual que en la entrada, y esto fue el inicio para que muchos llegaran a la ciudad a comprar, pero también a disfrutar de la belleza de la ciudad del viento, como también es conocida.
Los comerciantes y residentes de Punto Fijo recuerdan a los turistas recorriendo las avenidas Bolívar y Colombia en trajes de baño y en familia mientras compraban un sinfín de electrodomésticos para equipar sus hogares. Los que más visitaban Punto Fijo eran los habitantes de los estados Zulia, Táchira y del centro del país.
«La gente dormía en las aceras, dentro de sus carros, porque ya no había habitaciones. Nosotros les ofrecíamos los baños y cuidábamos de esa gente toda la noche. Eran años de gloria para nosotros como empresarios. Siempre dimos lo mejor porque aunque no teníamos habitaciones vacías, los atendimos igual, como podíamos. Esa gente se llevó eso, la hospitalidad del paraguanero», recuerda Leonel Colina, un recepcionista que tiene 22 años atendiendo el hotel El Cid, ubicado en el corazón de la Zona Libre. El parador tiene 70 habitaciones, de las cuales solo 22 están activas actualmente por el alto costo de los suministros y la baja ocupación desde hace al menos cinco años.
Colina confiesa que espera que la Zona Libre se vuelva a activar para volver a ver el centro de Punto Fijo a reventar como siempre estaba. Esos días, dice, eran gloriosos años.
Colina extraña las calles llenas de turistas y a los habitantes de Aruba y Curazao, quienes viajaban a consultas especializadas y hacían turismo médico todo el año.
«Esos clientes todavía me llaman a ver si estamos trabajando. Esa gente quiere venir, pero con la frontera cerrada es difícil, porque deben entrar por Colombia y muchos de ellos no están en condiciones físicas para esos viajes tan largos. Punto Fijo necesita esa movilidad. El mejor regalo que le pueden dar es que vuelva a ser una Zona Libre para que vengan nuevamente los viajeros», explicó.
Aquella imagen de los vehículos cargados de electrodomésticos ya no existe en Falcón, pese a que se decretó la Zona Económica Especial. Luego del declive de la Zona Libre, el comercio jamás fue igual.
Las tiendas pequeñas cerraron y hay centros comerciales completamente abandonados. Además, no hay competencia en la mercancía que se ofrece en grandes cadenas, como Daka y Multi Max, que también están en otros estados.
En lo que hay un poco de diferencia es en los licores. Una caja de cerveza Polar se cotiza en 12 dólares y una botella de whisky 15 años, en 13 dólares. Esos son los productos que más compran los viajeros.
El presidente de la Cámara de Comercio en Paraguaná, Francisco Melián, ha sido enfático al decir que se deben cumplir las medidas para poder volver a tener una Zona Libre como la que recuerdan los falconianos, esa que le dio la posibilidad de convertir a Paraguaná en una referencia nacional. Además se deben mejorar los servicios públicos y dar oportunidades a los empresarios y al sector turismo.
Los puntofijenses creen que esta gestión municipal que se inició en diciembre ha tomado en cuenta el urbanismo de la ciudad, pues ha cumplido con todo un programa de limpieza de sus áreas, que estaban abandonadas. Sin embargo, creen que falta mucho por hacer y esperan que Punto Fijo vuelva a tener la intensidad de la Zona Libre.
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