Acarigua.- Los comerciantes de la Av. Alianza, entre calles 32 y 33 de Acarigua, en Portuguesa, no se sorprendieron cuando, este martes 10 de noviembre, se enteraron del hallazgo de un hombre calcinado dentro de las ruinas de lo que fue una sucursal del Banco de Venezuela.
Es el segundo cadáver que las autoridades sacan del lugar en dos meses, y el tercero desde diciembre de 2019, de acuerdo con lo precisado por los comerciantes y trabajadores de la zona.
El cadáver localizado este martes era de un hombre de entre 40 y 60 años de edad. Se encontraba completamente quemado en el patio del inmueble, en medio de un cúmulo de basura que también fue devorado por el fuego.
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Cuando los funcionarios policiales y pesquisas de la División de Homicidios, base Acarigua del Cuerpo de Investigación Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), llegaron al lugar, todavía salía humo de la basura y del cuerpo del hombre.
Se presume que se trata de un indigente que merodeaba por la zona central de la ciudad, específicamente por los alrededores de la Plaza Bolívar. Quienes se la pasan por el lugar, dijeron que probablemente era un hombre moreno, con estrabismo de ojos, sin embargo, en los cuerpos policiales no confirmaron la información y aún esperan identificar el cadáver que fue llevado el mismo martes, al nuevo Cementerio Municipal Páez.
En el piso de granito de la antigua entidad bancaria, inoperativa desde hace más de 8 años, se aprecian aún marcas de una sustancia oscura y pastosa, que da la impresión de haber sido dejada cuando arrastraron el cuerpo a la parte posterior de la infraestructura.
De este hecho nadie se dio cuenta, ni los habitantes de la zona, por lo que las autoridades precisaron que pudo ocurrir entre la noche y la madrugada del martes.
«Nos dimos cuenta cuando vimos entrar y salir mucha gente del lugar, entre ellos policía. Pero no es la primera vez que esto ocurre», dijo Katy Hernández, propietaria de un establecimiento comercial, a El Pitazo, la mañana de este miércoles 11 de noviembre.
Hace aproximadamente dos meses, el cuerpo de una señora de aproximadamente 60 años de edad, también indigente y con discapacidad, fue localizado en el sitio, según el relato de los comerciantes.
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Unos dijeron que su muerte fue por causas naturales, mientras que otros precisaron que murió por asfixia mecánica. Las autoridades solo levantaron el cadáver, sin dar información.
En diciembre de 2019, otro hombre sin vida, con heridas con armas blanca y de balas en su cuerpo, fue localizado en el interior de este lugar abandonado y que sirve de morada para niños y adultos en situación de calle, y también como «refugio» de adictos, personas con problemas mentales y hasta delincuentes.
Los vecinos y comerciantes de la zona, ubicada en pleno centro de la ciudad y a dos cuadras de la sede del cabildo local, exhortaron al alcalde Efrén Pérez a recuperar este espacio para que deje de ser una guarida de personas dedicadas al crimen.
«Quienes hacemos vida por este sector nos preocupa este situación, no solo porque se presta para que la delincuencia haga de la suya y ataque a los transeúntes, sino por que ya son cuatro cuerpos que han sacado de ese lugar, han sido seres humanos, no animales, y además, cualquiera que pasa por aquí usa ese lugar como baño y para deshacerse de desperdicios», dijo Hernández, acompañada de otros propietarios de establecimientos de la zona.
