Occidente.- El gremio de los maestros y educadores en Zulia acató el paro convocado en 80 por ciento en su primer día. La cifra la entregó el presidente del Sindicato Unitario del Magisterio. Gualberto Mas y Rubí, quien reclamó que hubo “amedrentamiento y presión por parte de representantes de consejos comunales y hasta del Intendente”.
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El primer día de paro se unieron los educadores de 247 escuelas en Maracaibo. “Esto representó el 77 por ciento y en los municipios foráneos se cumplió en 81 por ciento, con el acatamiento de la actividad. Por eso, el promedio lo podemos precisar en 80 por ciento”.
Denunció hostigamiento y habló del caso específico de la escuela Zulia, en el sector Sabaneta, donde los representantes de los Consejos Comunales pretendieron amedrentar a los padres y representantes que están apoyando a los maestros de sus hijos, contó Mas y Rubí. Lo mismo, según el dirigente gremial, sucedió en la escuela Epsalón Bracho.
Reclamó que esta no es una lucha partidista, sino que es un conflicto gremial en el que se le pide al ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, que cumpla con lo acordado en la convención colectiva, que ya tiene un retraso de 14 meses, para que atienda las condiciones de trabajo de los maestros y se aboque a garantizar la alimentación escolar.
Dijo que en Maracaibo se cumplió con lo acordado y se hizo la asamblea en el sector La Curva de Molina, que este miércoles estarán en la estación Libertador del Metro de Maracaibo y que el jueves irán a la Inspectoría del Trabajo.
“Aquí ha ganado la democracia en Venezuela, porque los maestros todos decidimos defender la carrera docente. A pesar del amedrentamiento se quedaron con los crespos hechos, porque este no es un problema partidista, sino el problema de un gremio, de los sindicatos que decidimos en conjunto darle un parao a esta situación”.
Lo que reclaman Gualberto Mas y Rubí y el gremio en el Zulia es que se diga que la carrera de los maestros es solo por vocación. Se pregunta: “¿Acaso con vocación un maestro va a alimentar a sus hijos? ¿Acaso con vocación se va a una clínica y lo atienden a uno con un HCM que solo es de 50 mil bolívares? ¿Acaso con vocación uno tiene dinero para enterrar a sus padres cuando fallecen, cuando el servicio funerario solo cubre 4.000 bolívares?”.
En medio de sus declaraciones lanzó una frase que podría sonar lapidaria: “Le estamos diciendo al país que lo único que necesitamos nosotros es que la sociedad venezolana entienda que la educación publica está feneciendo y que está a las puertas de un cierre técnico”.
Un docente en el Sur del Lago, que depende de la Secretaría de Educación de la Gobernación de Zulia, percibe cada quincena 32.000 bolívares, que solo le alcanzan para un kilogramo de arroz y uno de plátanos.
Así lo cuenta Lorena Hernández, profesional de la enseñanza en el municipio Colón del estado Zulia, quien afirmó que para ir a dar clases tiene que pedir una cola porque su salario está pulverizado por la espiral inflacionaria y la tardanza en el pago de sus reivindicaciones contractuales.
Dijo que los educadores tienen la tarea de enseñar a quienes en el mañana serán profesionales de la nación. «Allí se forman los ministros de cualquier gabinete y los mejores profesionales de un país”. Les dice a los gobernantes que «en sus manos y en su formación está el destino del país».
Esto lo contó Hernández a El Pitazo junto a sus colegas, quienes acataron el llamado nacional a paralizarse por tres días.
En la escuela Carmelita Roldán Portillo, que tiene una matrícula de 1.300 estudiantes y 50 docentes, no hubo clases. Tampoco en la Almirante Padilla, ni en la Evaristo Labrador. Tampoco en La Chiquinquirá. En el resto de las instituciones colonesas la merma de estudiantes fue notoria y se unió que hubo lluvia y un cielo espesamente nublado.
El factor climático posibilitó el ausentismo, pues al menos en el preescolar Nectario Andrade, la escuela básica Santa Cruz y en el centro educativo Fundación del Niño, los maestros acudieron a recibir niños, pero muchos no se presentaron. «Cumplimos con recibirlos», expresó otra educadora que temió declarar.
Asegura que, si hay comida en la institución, se labora hasta la 1:00 pm; en caso contrario retiran a los estudiantes a las 11:00 am. A esta profesional el salario tampoco le alcanza, pero teme hacer público el reclamo. En los pasados paros hubo supervisión y regaños.
Neila Rosales, de 51 años, está a cargo de su nieta de 4 años a raíz de que sus dos hijos emigraron a Chile y Ecuador. Reside en Juan de Dios González, en Colón. Asegura que los docentes están mal pagados, pero también advierte que tantos paros son perjudiciales para los escolares. «Que saquen a este Gobierno«, fue lo único que opinó como solución a esta realidad. Cuenta que donde estudia su nieta los docentes temen expresar sus derechos por temor a ser removidos.
El magisterio en el país les pide a Nicolás Maduro y al ministro Aristóbulo Istúriz actualizar y cumplir las cláusulas del incumplido contrato colectivo, así como dolarizar el sueldo, ampliar a cada docente el servicio de Hospitalización, Cirugía y Maternidad y mejorar la infraestructura y los servicios en las escuelas, que han decaído por la crisis nacional. En el resto del Sur del Lago el ausentismo fue notorio.
En los municipios Cabimas, Miranda, Santa Rita, Valmore Rodríguez, Baralt, Simón Bolívar y Lagunillas, en la Costa Oriental del Lago, los maestros de más de 130 escuelas públicas acataron a medias la paralización convocada para este martes 12 de noviembre.
«Maestro con hambre no enseña», decía una de las pancartas que tenían los docentes en la plaza Bolívar de Cabimas para exigir mejores bendiciones y condiciones de trabajo.
Las escuelas están deterioradas, al igual que el salario de los docentes, quienes ganan entre 13.000 y 36.000 bolívares mensuales. No pueden mantener a su familia, coinciden.
Jazmín Rendiles, representante del Sindicato de los Trabajadores de la Enseñanza del estado Zulia (Sindtezul), señaló que la paralización se cumplió en 75 por ciento en la zona a pesar de las amenazas recibidas.
Los docentes, por medio de su directiva y su representante de circuito, les decían que si se plegaban a la paralización serían sustituidos de su cargo por un miembro de Chamba Juvenil. También hubo amonestaciones.
«Llamamos a los maestros a que no tengan miedo, que solo estamos exigiendo nuestros derechos. El beneficio es para todos«, dijo.
Ángela Molina, otra maestra que participó en la actividad, señaló que la educación atraviesa un difícil momento en la región, ya que no solo los docentes sufren, sino los estudiantes, por las condiciones en las que les enseñan.
«En las escuelas no hay agua, se va la luz y el Programa de Alimentación Escolar (PAE) falla con frecuencia. Es desesperante; las aulas están vacías y es inhumano lo que vivimos”.
Tampoco hay pupitres ni iluminación en las aulas, canchas deportivas o áreas de recreación; están cubiertas de maleza y abandonadas, dicen los maestros. Para este miércoles 13 de noviembre mantienen el llamado a paralización y a «brazos caídos» para cumplir su horario dentro de los planteles.
Equipo de corresponsales de Occidente
Mayreth Casanova, Edwin Urdaneta, Sheyla Urdaneta
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