Barquisimeto.- Al entregar un pedido de sushi o hamburguesas del este de Barquisimeto a una urbanización de Cabudare, situada a siete kilómetros de distancia, los repartidores sortean pedradas en la redoma de Santa Rosa, revisiones en alcabalas y hasta la persecución de motorizados armados en avenidas oscuras, denunciaron tres trabajadores de los deliveries Yummy, Pedidos Ya y Bike Express, los principales servicios de delivery que operan en la zona metropolitana del estado Lara.
Para los repartidores de deliveries, estas entregas a domicilio —en auge desde que se decretó la cuarentena por la pandemia del COVID-19— se han convertido en una actividad de alto riesgo. «Salimos a trabajar con miedo», aseguró una persona de un grupo de repartidores este lunes, 16 de octubre, durante una protesta que realizaron contra la inseguridad y la matraca en la avenida Lara con Leones, de Barquisimeto.
El aumento de accidentes de tránsito y robos a los repartidores en los últimos cinco meses; los presuntos cobros ilegales de funcionarios de seguridad en las alcabalas y la falta de alumbrado público en las principales avenidas de Barquisimeto y Cabudare fueron los detonantes de la primera manifestación de este grupo en Barquisimeto.
Yummy, Pedidos Ya y Bike Express emplean a unos 150 deliveries entre Barquisimeto y Cabudare. En los tres servicios hay personal afectado por el robo de motos, bicicletas, dinero en efectivo o incluso hurto de gasolina. «He sido víctima de eso. Han sacado la gasolina de mi moto en el estacionamiento del Sambil cuando me he bajado a los establecimientos a verificar un pedido», dijo un operador de Pedidos Ya que reservó su identidad.
Grupo de apoyo
Trabajadores de los tres servicios de delivery conformaron un grupo de apoyo en WhatsApp para reportar robos y presencia de hombres armados en los alrededores de los restaurantes o para acompañarse unos a otros en las entregas para disminuir los riesgos.
«Hemos optado por andar juntos. En Cabudare se roban una o dos motos a diario; la avenida Ribereña es una zona roja donde nos persiguen o cazan en las noches; en la redoma de Santa Rosa nos lanzan piedras para quitarnos los teléfonos y los policías solo están pendientes de matraquear. Mi moto la compré nueva y tenía el certificado de origen. Debía esperar 30 días hábiles para tramitar el título, pero los policías me pedían que les dejara ‘algo’ o se llevarían la moto, cuando en realidad todos mis papeles estaban en orden», declaró Juan Segueri, de Yummy.
Los repartidores advierten que no tienen el respaldo de los cuerpos de seguridad del Estado. Recientemente consignaron una carta en la comandancia policial de Santa Rosa, uno de los sectores de Barquisimeto donde los interceptan hombres armados por las noches. «Nos dieron sus números de teléfono. Pero no podemos avisar durante una persecución mientras intentamos salvar la moto y nuestro pellejo», agregó Segueri.
Al cierre de la protesta, los repartidores se reunieron con una comisión de la Policía Municipal de Iribarren (PMI) para exigir patrullaje y alumbrado público en las avenidas, así como la revisión de las actuaciones de los funcionarios en las alcabalas.