Las familias del grupo de los más vulnerables en el municipio Machiques de Perijá, estado Zulia, están preocupadas porque no tienen comida debido a que sus ingresos no les alcanzan para comprarla.
Muchos de los residentes denunciaron el jueves 2 de abril que en sus comunidades no es fácil el aislamiento sin alimentos. Piden a la Alcaldía del municipio que haga jornadas de ventas de comida a precios solidarios porque desde hace mes y medio no tienen acceso a este beneficio.
Los vecinos afirman que por la cuarentena no pueden salir a trabajar y llevar alimentos a sus hogares. Entienden que la medida se tomó para evitar contagios por el coronavirus, pero no tienen facilidades para comer.
“Tengo cuatro niños, y mi esposo trabaja vendiendo chicha. Con esta cuarentena estamos sin alimentos en la casa. Entonces ¿cómo hace un padre de familia que no tiene qué darles a sus hijos?”, reclama Ninoska Rojas, que vive en el sector Alfarería, donde viven personas de bajos recursos.
Junto a sus vecinos, Rojas le pide a la alcaldesa del municipio, Betty de Zuleta, que lleve comida a los sectores Alfarería, Rosa Grande, Alto Viento y Mene Grande. “Somos familias pobres que también necesitamos alimentos”, afirma Rojas.
Miguel Antonio González, habitante del sector Rosa Grande, indica que la decisión de la cuarentena no está tomando en cuenta a un sector que no tiene cómo sostenerse.
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“No se dan cuenta del hambre que está pasando el pueblo con esa toma de decisiones. Tengo que sustentar con alimentos a siete niños, pero no he podido trabajar en estos días de cuarentena. No puede salir nadie. El que no tenga tapabocas de ocho de la mañana a doce del mediodía lo llevan preso”, apunta.
Esta falta de alimentos también la han reportado las familias de las parroquias San José, Bartolomé de las Casas y Río Negro, sectores que están alejados del centro de Machiques. Los vecinos expresan que necesitan ayuda en medio del encierro obligatorio que rige en el país como medida de contención del COVID-19.
Van con piedras
Los vecinos del sector Cachamana, de la parroquia Río Negro, en las afueras de Machiques, salieron el pasado martes 31 de marzo hasta la Troncal 6. Lanzaron piedras a camiones cargados con leche y hortalizas para saquearlos.
Esas personas alegan que es una manera de atacar el hambre. Denuncian que en sus comunidades no hay comida. También afirman que funcionarios de la Guardia Nacional y de la policía del estado, al percatarse de la situación, escoltaron los camiones para así evitar que fueran saqueados.
“Necesitamos con urgencia que la alcaldesa venda las cajas Clap o las bolsas indígenas. Hace un mes que no llegan. ¿Qué vamos a comer en esta cuarentena?”, se pregunta uno de los habitantes de la zona, que teme dar su nombre porque dice que podría traer represalias.
“Esta parroquia, por su lejanía, está olvidada. Alcaldesa, queremos comida para nuestros niños y ancianos”, comenta el mismo ciudadano que hace la demanda de alimentos.
