La reliquia en primer grado (hueso) del beato José Gregorio Hernández, entregada a la Arquidiócesis de Coro el 30 de abril durante la ceremonia de beatificación del médico de los pobres, fue recibida con júbilo por los devotos falconianos en el peaje de Boca de Aroa, municipio Silva, el sábado 1 de mayo. Este domingo 2 fue entronizada en la iglesia Nuestra Señora de la Merced, que será su santuario desde ahora.
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Los fieles se unieron a la caravana en Boca de Aroa hasta la ciudad de Coro, donde el relicario transportado por el guadamóvil recorrió las zonas eclesiales de los municipios Silva, Cacique Manaure, Acosta, Mirimire, Jacura, Píritu, Tocópero, Zamora y Colina, donde permaneció durante la noche del sábado en el Santuario Mariano de El Carrizal, hogar de la patrona de Falcón, la Virgen de Guadalupe.
«La beatificación de José Gregorio Hernández llega en un momento oportuno para la Iglesia y el pueblo venezolano. Su presencia es medicina espiritual de salvación para el pueblo, agraviado por las circunstancias económicas, sociales y políticas», señaló el arzobispo de Coro, monseñor Mariano Parra Sandoval, quien permaneció al lado del relicario durante todo el trayecto.
El recorrido de la reliquia se caracterizó por el fervor y la devoción de los falconianos por la figura de José Gregorio Hernández, quienes con estampitas, cuadros y altares en los frentes de sus viviendas recibieron la reliquia con emoción y lágrimas.
La ruta contó con el respaldo de todos los fieles creyentes, quienes entendieron que el aforo en el interior de las iglesias estaba prohibido, por lo que permanecieron en las calles y las afueras de los templos para ver pasar la reliquia, que estaba siendo resguardada por cuerpos de seguridad, el clero y las religiosas.
Asegurar el éxito del recorrido espiritual fue una de las principales tareas de la Iglesia en Falcón, por lo que recordaron las normas de bioseguridad y el uso obligatorio del tapabocas. En ocasiones se hizo difícil cumplir con esas pautas debido a la gran cantidad de personas que se aglomeraron en torno a la reliquia para orar y pedir su intercepción para que sanen todos los enfermos de COVID-19 en Venezuela y el mundo.
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Muchas familias que desde el pasado 30 de abril levantaron altares caseros permanecieron en sus hogares y vivieron la actividad en oración como iglesia domestica. Así lo reseñaron las estaciones de radio que hicieron el seguimiento a la ruta, que integró más de 40 puntos de encuentro, entre ellos el área COVID-19 del Hospital Universitario Alfredo van Grieken, en la capital falconiana.