Santa Bárbara de Zulia.- Gregorio Lozano, de 49 años, es soldador y se unió a su vecino Ángel Paz, de 35 años, técnico en electromecánica, para diseñar cocinas que encienden con gasoil. Los involucrados explicaron a El Pitazo, el jueves 16 de abril, cómo es el proceso de producción.
La idea surgió a comienzos de este 2020 y la ponen en práctica, no solo en medio de la crisis que limita la producción y distribución de cilindros de gas doméstico, sino durante la cuarentena impuesta por las autoridades para evitar el contagio del coronavirus.
El proceso de elaboración de las estufas lo llevan a cabo al sur del estado, en San Carlos de Zulia, la capital del municipio Colón. Entre ambos juntaron sus experiencias y arman y activan las hornillas fabricadas con hierro, tubos galvanizados, piezas de cobre y soldadura.
«Tenemos dos meses elaborándolas. Comenzamos a ver modelos por internet, pero en los portales no explicaban el proceso de fabricación. Hemos ido creando piezas, juntando y desarmando hasta dar forma al producto final. De cada error aprendemos y cada vez ajustamos más el modo de empleo y las técnicas para controlar que el fuego no queme las hornillas en corto tiempo, ni emane olor o tiña de color negro, como ocurre con ciertas cocinas rudimentarias», explica Lozano.
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Cada cocina la venden entre 100.000 y 200.000 pesos colombianos. Desde que comenzó la producción de estas cocinas ya vendieron 6 y deben entregar otras 10, de acuerdo con los pedidos de sus clientes.
Ángel Paz refiere que la elaboración de una cocina tarda un día de 12 horas de trabajo. «Empleamos piezas de hierro, bases de acero, tubos galvanizados o de acero inoxidable para el prezurizador, serpentines de cobres, barras para soldadura, hojas de segueta y un macrogotero. Luego que cortamos cada pieza, las unimos y vamos haciendo las pruebas de encendido. Lo más importante es que las personas pueden usar gasoil», refiere Paz.
Según su experiencia, un litro de gasoil alcanza para el encendido de cuatro horas. Estiman que el artefacto tiene una vida útil de 10 años.
En relación con la técnica, Paz apuntó que obedece a un proceso de presurización que consiste en convertir el estado del gasoil de líquido a vapor; de allí, el hecho de una fabricación que combina diversos metales. Incluso, piensan probar otras piezas con aleaciones de aluminio.
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Ambos resaltaron que es el momento de emprender. Aseguran tener las técnicas, conocimientos y materiales para ayudar a resolver un problema común entre los venezolanos. Su misión ha sido la de perseverar y ajustar cada pieza.
Están convencidos de que esta primera fase de la producción es la primera de un abanico de oportunidades.
«Nos han contactado dueños de panaderías para saber si hacemos hornos para hacer pan; pizzerías y reposteras que quieren hornos a gasoil para no perder sus clientes», manifiestan.
