Maracaibo.- Un espectáculo visual único en el mundo sucede en el estado Zulia, al occidente de Venezuela, donde se encuentra el fenómeno del Relámpago del Catatumbo: más de un millón de rayos caen cada año.
La actividad meteorológica en esta zona regenera 10% de la capa de ozono, según una reseña de National Geographic. Esta semana se cumplieron cinco años desde que la Nasa, con base en una investigación en conjunto con las universidades de Maryland y de Alabama, ambas en Estados Unidos, y la de Sao Paulo, en Brasil, declararon el Lago de Maracaibo como la capital de los relámpagos de la Tierra.
El Relámpago del Catatumbo se encuentra en el Parque Nacional Ciénegas de Juan Manuel de Aguas Claras y Aguas Negras, en el Lago de Maracaibo.
De acuerdo con un reportaje de BBC Mundo, entre abril y noviembre, principalmente, aparecen las tormentas que ocasionan los relámpagos, que aparecen y desaparecen constantemente en el cielo: un fenómeno normal para los residentes, pero un “milagro” para los turistas.
Los rayos son observables a cientos de kilómetros de distancia, en la costa. El principal mirador se encuentra al sur del Lago de Maracaibo, en el Puerto Chamita. Trascendió que el promedio de tormentas anuales asciende a 297.
De hecho, el fenómeno entró al Récords Guinness como la mayor descarga eléctrica natural del mundo, con una duración de 8 a 10 horas, en la que se llevan a cabo de 18 a 60 relámpagos por minuto.
El Lago de Maracaibo es el máximo representante del estado Zulia, en tamaño es el más grande de Latinoamérica e, incluso, es el número 19 del mundo. Varios viajeros espaciales han puesto su atención en él y lo han fotografiado en distintas épocas para compartir con el mundo su majestuosidad al ser visto fuera de la Tierra.
El lago de agua dulce, que tiene una extensión entre 13.210 y 13.820 Km2, ha llamado la atención de los astronautas, quienes durante sus misiones espaciales sucumben al deseo de fotografiarlo desde una perspectiva que pocas personas podrán verlo.
El Relámpago del Catatumbo inspiró el traje típico que lució la venezolana Mariángel Villasmil en el Miss Universo de este año, realizado en Miami. El vestido llevó por nombre Diosa de Ologá y su creación estuvo a cargo del diseñador valenciano Carlos Pérez.
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