Santa Bárbara de Zulia.- Omarixio Nava, organizador de eventos deportivos y personaje del Sur del Lago, falleció por causas naturales la noche del jueves 8 de agosto a los 70 años de edad. La información fue confirmada por vecinos del sector Andrés Eloy Blanco, en San Carlos de Zulia, capital del municipio Colón en Zulia.
Nava no pasaba desapercibido porque estuvo vinculado por más de cuatro décadas a la promoción publicitaria de las actividades y a los torneos de la pelota criolla. «Narraba los juegos y organizaba cada detalle de los eventos. Su vida era el deporte. Se ha ido uno de los buenos», dijo Carmen Ocando, una de sus vecinas.
El personaje era visto hace dos años atrás voceando con dos cornetas en su Jeep rojo y además comandaba las ligas de softbol y béisbol. Deportistas y familiares lamentaron su pérdida. «Queda un gran vacío porque era un baluarte», indicó Heiker Guerrero.
Varios de sus familiares lo describieron: era el negrito del deporte, de baja estatura, portentosa voz, narrador de noticias deportivas y cumplidor del deber. Nadie le quitaba su tumbao como difusor y defensor a ultranza del realce de las ligas de pelota, más allá de ser la topografía su verdadera profesión.
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En una entrevista que le realizaron afirmó que empezó jugando caimaneras y aprendió las técnicas beisbolísticas en la escuela. «Si organizo mal un evento prefiero no hacerlo», indicó en esa oportunidad.
Comentó que desde los 23 años de edad le llamó la atención preparar los torneos. Demarcaba el terreno, anotaba los resultados y les colocaba agua a los peloteros “sin cobrar ni medio”.
«¡Personajes como él dieron tanto por su pueblo y fueron olvidados!», remarcó Ana Domínguez, una ciudadana de Santa Bárbara. Pese a reconocer que nunca fue atleta destacado, acota que lo que le gustaba era «diligenciar las actividades deportivas».
La pulcritud en el protocolo beisbolero lo llevó a ser presidente de una liga a sus 23 años de edad y llevó por vez primera a un estadal de softbol una representación del municipio Colón. Fueron hazañas las que marcaron su capacidad. “Con el pasar del tiempo se constituyó la revolución del béisbol y logramos crear la liga de béisbol menor”, dijo a medios locales en mayo de 2009.
Le satisfizo haber descubierto el talento del grandeliga Gerardo Parra, quien se destaca en Estados Unidos. A Parra lo conoció jugando pelotica de goma y lo emocionaba verlo por televisión o prensa como destacado en su disciplina.
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Afirmó al diario El Vigía que la dirigencia deportiva está en un abismo y que «debe existir más entrega, ganas y compromiso de realzar la gestión beisbolística».
El fallecido activista fue reconocido por el Instituto Nacional del Deporte (IND) en 1984. Decenas de reconocimientos y placas, además de un mural con personajes de la localidad pintado por Edgar Pineda, en el que aquel aparece, le hacen merecedores de un sitial inolvidable. «Sin Omarixio el pueblo no será lo mismo», lamentó el publicista Yenior Parra.
Los detalles de su vida
Omarixio Primera Nava Serrudo nació en la población de Boburito, parroquia Santa Cruz, el 20 de febrero de 1949. Con apenas ocho años de edad llegó a la capital del municipio Colón. Era el tercero de ocho hermanos de la unión entre Rómulo Segundo Nava y Teresa Serrudo de Nava. Cursó primaria en la escuela Carmelita Roldán Portillo y Santa Cruz. No culminó la secundaria.
Realizó cursos de topografía y laboró durante ocho años es esa rama para el extinto Ministerio de Obras Públicas. Esta actividad la alternaba con el deporte. El empuje y aprendizaje en los sitios deportivos lo debe a Argenis Portillo, presidente de la liga de softbol en sus inicios.
También destacó entre 1984 y 1989 como representante deportivo de la Gobernación del Zulia y tenía nexos laborales con la Alcaldía de Colón. Fue dirigente deportivo perseguido durante el gobierno de Luis Herrera Campins por demandar mayor presencia del softbol. En esa lucha fue detenido por autoridades municipales y puesto en libertad de inmediato.
Fue promotor deportivo durante ocho años en la Universidad Sur del Lago, cuando la institución era privada. Elí Saúl Colina Espira, rector de la universidad en esos años, le auguró que el trabajo con las comunidades y el deporte serían su fuerte.
Fue invitado especial por más de dos décadas a los encuentros nacionales del Colegio de Médicos Veterinarios de Venezuela, donde anima los encuentros. Ese empuje lo debe a Fadrique Parra. Aprendió y honra mucho al fallecido Sixto Coronil Gómez, locutor y periodista, por tomarlo en cuenta en los espacios sonoros.
Procreó cuatro hijos: Lisbeth, María Teresa, Rómulo y Andrea de Jesús; y dos nietos. Se casó en dos oportunidades. Residía en el barrio Juan de Dios González. Siempre anotó debajo de un árbol y detrás de la cerca en el estadio del sector La Fundación, donde se inició en el béisbol. Esa era su segunda casa.
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Omarixio Nava solía pasear las calles de Santa Bárbara y San Carlos en un Jeep rojo que había comprado su progenitor en 1966. Tenía micrófono, amplificador y cornetas, con los que voceaba cualquier evento. El padre pagó 14.000 bolívares históricos por el vehículo, un Jeep color gris. En 1984, su hijo se lo compró por 10.000 bolívares y deciden pintarlo de rojo. Más tarde adquiere la tonalidad rojo Ferrari.
Nava prestaba un servicio a la comunidad al vocear en el Jeep las jornadas sociales y eventos de interés colectivo. La facilidad de expresarse se lo debe a Héctor Segundo González, quien le dio oportunidades de vocear en almacenes locales. Años más tarde, micrófono en mano, fue acaparando las competiciones. La frase que lo caracterizó por las ondas hertzianas del Grupo Radial de Occidentes, a quienes agradeció su apoyo, reza: “Deportistas todos, muy buenas tardes. Les habla Omarixio Nava con los resultados del softbolazo”.
En 1999 el diario Panorama lo denominó primer héroe anónimo de Colón por el hecho de poder realzar la actividad deportiva y hacer partícipe a las comunidades de los eventos con aire pueblerino y tradicional.
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