San Carlos de Zulia.- El río Chama, el cuerpo de agua dulce que durante el año causa la mayor cantidad de inundaciones y pérdidas al aparato agroproductivo en el Sur del Lago, amenaza no solo con desbordarse, sino con arrasar plataneras enteras y llegar a domicilios residenciales en el municipio Francisco Javier Pulgar del estado Zulia.
La situación es alarmante, de acuerdo con el presidente de la Red de Productores de esa jurisdicción, Edgar Boscán. Este representante advierte que la finca del sector El Boche -tierras de las que fue despojado el productor Roberto González por el fallecido Hugo Chávez Frías en el año 2010- permanece desde hace una semana en riesgo de que las aguas del afluente bañen desde un punto crítico la zona norte del primer municipio productor de plátanos de Venezuela.
“La mayoría de las personas que están en condición vulnerable son pequeños parceleros. Ahora eso se llama UPS Bicentenario. De hecho, el agua se comenzó a filtrar y solo hay una máquina en el sitio, tipo excavador, que está paralizada por falta de gasoil”, remarca Boscán en un contacto telefónico este lunes, 7 de junio, con El Pitazo.
Edgar Boscán añade que debido a la urgencia, los productores llevan dos días juntando rollos de alambres de púa que atarán a unas escolleras o espigones y que deberán ser cimentados con tubos estructurales o troncos. “Las autoridades no dan respuesta, están ausentes. Creo que están pendientes de la campaña y no de esta realidad”, precisa. Aún la Alcaldía chavista no ha agilizado provisiones logísticas ni equipos para las labores.
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Además de este punto crítico del Chama, en el municipio Francisco Javier Pulgar los productores de plátanos, frutales y de ganadería esperan atención en cuatro boquetes abiertos desde hace un mes en el río Mucujepe, a la altura de Panelita y cercanos al sector La Burra Mocha, en la misma parroquia Simón Rodríguez. La capital de esta última población, Pueblo Nuevo El Chivo, está amenazada por las crecientes originadas por las lluvias en el territorio nacional. Las aberturas son de entre 3 y 10 metros de longitud.
“Acá el problema sigue siendo el combustible, porque no lo tenemos y nadie va a meterle el pecho a esto tan crítico. En El Vigía, estado Mérida, una pimpina cuesta 100 dólares americanos y nosotros estamos en ruina debido a las lluvias y la salida de los ríos desde junio del año pasado”, cuenta Boscán. Para movilizarse, encender maquinarias o bombas de achique, requieren hasta 100 litros de diésel al día.
En los alrededores del punto de El Boche están en riesgo 700 hectáreas, aunque todo depende del comportamiento de la anegadiza. Este año, además de los ríos Chama y Mucujepe, está latente la inundación del río Gavilanes, en la parroquia Agustín Codazzi. También del lado del municipio Colón, el río Chama se ha desbordado en al menos siete ocasiones desde que fue decretado el estado de alarma por el COVID-19, y aún las aguas amenazan con impedir dos ciclos de siembra y con desplomar el puente de La Gallera, que conduce hacia el sector La Fortuna.
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