Cabimas.- Al menos 50.000 habitantes de la Costa Oriental del Lago, estado Zulia, quedaron sin agua por la avería de dos bombas en el embalse Pueblo Viejo, lo que causó la suspensión del suministro de agua en los municipios Cabimas, Santa Rita, Simón Bolívar y Lagunillas.
En el embalse Pueblo Viejo, situado en el municipio Lagunillas, solo quedó un equipo en funcionamiento y se suspendió el cronograma de bombeo de agua para cuatro municipios zulianos mientras realizan las reparaciones de los equipos. La avería, según las autoridades, ocurrió el domingo 8 de marzo; sin embargo, hay sectores que reportan fallas desde febrero.
El alcalde de Cabimas, Pedro Duarte, informó que el daño de las bombas fue debido a fallas eléctricas en la zona y estima que después de ser instaladas, se inicie con el cronograma de bombeo el jueves 19 de marzo.
Desde julio del año 2019 el suministro eléctrico del embalse Pueblo Viejo y la planta potabilizadora de agua que distribuye agua a la Costa Oriental dependían de una la línea autónoma de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en San Lorenzo, municipio Baralt, por anuncio del gobernador del Zulia, Omar Prieto.
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Por fallas que no fueron especificadas por Duarte, se excluyó al sistema de bombeo de agua de la línea independiente de la estatal petrolera y pasaron al Sistema Interconectado Nacional (SIN), por lo que las continuas fluctuaciones de voltaje causaron la paralización de las bombas.
Usuarios preocupados por la falla de agua
La falta de agua mantiene preocupados a los habitantes de Cabimas, Santa Rita, Ciudad Ojeda y Tía Juana, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de las principales medidas de prevención contra la enfermedad por coronavirus es lavarse las manos con frecuencia.
Los usuarios se mantienen en las ventas de agua potable, pese a la cuarentena anunciada por el Gobierno en el estado Zulia, para comprar agua y llenar recipientes de varios tamaños para almacenar en sus viviendas debido a la falla en el suministro.
“No tenemos agua y nos tenemos que lavar las manos. Es desesperante ver a la gente comprando agua porque no sabemos cuándo va a llegar a nuestras zonas”, dice José Méndez, quien estaba en una venta de la carretera H en Cabimas.
