Guajira.- Son 20.000 las familias de las comunidades de La Guajira venezolana que están afectadas porque tienen dos meses sin recibir las bolsas de Mercal que entrega el Gobierno. Denuncian que cada día se enfrentan a situaciones que las asfixian porque no pueden cubrir el precio de la cesta básica. La última vez que recibieron el beneficio fue en el mes de diciembre de 2019.
Por esta situación las familias de esta subregión deben estirar el sueldo para medio comer, porque los alimentos en los comercios los venden con sobreprecio. Algunos manifestaron a El Pitazo que compran un kilo de harina en 100.000 bolívares y les debe durar tres días.
Winston Tubillo, habitante de la comunidad de Las Palmeras, señaló que como padre de familia hace todo lo posible para brindar a sus hijos un plato de comida: “Desde diciembre estamos esperando la bolsa de Mercal, pero nadie dice nada en este pueblo; no tenemos dolientes. La alcaldesa no atiende los problemas que padecemos a diario en este municipio. Madrugo todos los días para comprar medio kilo de harina y un cuarto de kilo de queso para mis hijos, porque lamentablemente mi triste sueldo no alcanza para comprar un kilo de harina”.
Manuela González, vecina del sector, señaló que las irregularidades con la entrega de las bolsas de comida no son nuevas. Apunta que los voceros de los Consejos Comunales vendían este beneficio, que es subsidiado por el Gobierno, a un precio elevado.
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“Para ser exacta, desde el año pasado no hemos recibido las bolsas y hasta los momentos no hay respuesta. Por lo que vemos, van a eliminar este beneficio porque se han presentado denuncias de irregularidades de los voceros de los consejos comunales a la hora de la venta de las bolsas”.
Yudany González, habitante de la comunidad de Los Cocos, en la población de Paraguaipoa, destacó que este beneficio, cuando llega, está incompleto: “Nosotros estamos sobreviviendo porque la situación está bastante difícil y ahora que llevamos dos meses esperando por las bolsas de Mercal y las cajas Clap se ponen más apretadas las cosas. En mi caso tengo dos niños y debo estirar todo lo posible mi sueldo para seguir adelante”.
Albis López, habitante de la comunidad Ramón Reinoso, manifestó: “Nos piden que tengamos paciencia, pero, ¿cómo un padre de familia va tener paciencia con esta situación que nos está matando? Aquí las cosas están apretadas. Me tocó, aparte del trabajo que hago, vender agua mineral para poder sobrevivir. Las cosas están súper caras”.
Durante el año 2019 los beneficiarios de las bolsas de Mercal y las cajas Clap denunciaron en reiteradas ocasiones las irregularidades en los precios. El Comité de Derechos Humanos de La Guajira denunció que en la parroquia Alta Guajira las cajas Clap eran vendidas en 15.000 pesos colombianos.