Barquisimeto.- 400 funcionarios de la Fuerza de Acciones Especiales (Faes), la Policía Nacional Bolivariana (PNB), la Guardia Nacional (GN) y la Policía del estado Lara (Polilara) desalojaron el mercado El Manteco de Barquisimeto este lunes, 21 de agosto, con los rostros cubiertos, armas largas y a bordo de vehículo oficiales y particulares. El operativo se extendió durante más de seis horas en las carreras 21 y 22 desde la 31 hasta la 33. Terminó con 29 detenidos.
Las autoridades incautaron tres kilos de drogas, cinco armas, 5 millones de bolívares en efectivo, una moto abandonada, dos pesos, una balanza, un punto de venta, dos máquinas de contar dinero además de cigarrillos de contrabando, productos de la cesta básica y fármacos.
El alcalde Luis Jonás Reyes indicó que en las cinco cuadras del centro ocupadas por 750 vendedores informales había mafias, prostitución, tráfico de drogas y armas y ventas de dinero en efectivo, productos regulados y medicamentos sin permiso sanitario.
“La acción formaba parte de una solicitud colectiva para garantizar que estas calles que fueron tomadas por la anarquía, el delito y el desorden volvieran a la paz, la tranquilidad y que se permitiera el libre tránsito”, dijo.
Reyes anunció que abrirán un censo para reubicar a los comerciantes y otorgarán créditos y financiamiento.
“Quienes quieran trabajar en alguno de los once mercados municipales, serán recibidos”, agregó. Solo admitirán a vendedores que cumplan con los deberes formales. Quedan prohibidos los artículos sin factura o permiso sanitario, incluyendo víveres, productos de higiene o fármacos traídos al país ilegalmente.
Las ventas en los negocios de las carreras 21 y 22 habían caído porque el mercado informal clausuró accesos vehiculares y aceras, agregó.
Operativo dirigido por la Faes
El comandante de la Zona Operativa de Defensa Integral (Zodi) número 13, general José Santiago Moreno Martínez, declaró que se trató de un operativo sorpresa dirigido por la Faes. “Le dimos un duro golpe a estos bachaqueros que se encontraban en este sector. Se vendía todo tipo de mercancía ilegal”, sostuvo.
Aseguró que habrá un despliegue policial permanente para evitar que vendedores ambulantes regresen a El Manteco y cierren las calles.
Desde hace un año, cientos de comerciantes del antiguo mercado Las Catacumbas se desplazaron de las comunidades Sucre y Terepaima al centro de Barquisimeto para ofrecer desde víveres y golosinas hasta medicamentos colombianos o verduras a precios bajos si la transacción era en efectivo.
Los dueños de los puestos preferían el efectivo para hacer viajes quincenales a Cúcuta y transaban dólares para hacer las compras en establecimientos colombianos.
En los últimos seis meses, aumentó la inseguridad en el sector. Los propietarios de negocios eran amenazados si exigían el despeje de sus fachadas.
Además, personas reportaban la venta de alimentos distribuidos exclusivamente por los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), medicamentos distribuidos en boticas populares y sucursales de Farmapatria y en los centros de salud advirtieron que habían pacientes intoxicados por consumir pastillas adquiridas en esos puestos.
Robo y abuso policial
Comerciantes manifestaron que los funcionarios los desalojaron a la fuerza, robaron efectivo y mercancía y cometieron abusos durante el procedimiento. Golpearon a los detenidos y a quienes se negaran a entregar su mercancía.
Este mes, los vendedores habían iniciado conversaciones con la Dirección de Mercados y Abastecimiento y el diputado del Consejo Legislativo del estado Lara, Jesús Superlano, para solicitar espacios en los mercados municipales.
“No es un atropello absolutamente a nadie, es hacer cumplir la ley. Aquí nadie puede venir a victimizarse después de esta acción porque todos saben lo que ocurría aquí. Son imnumerables las irregularidades”, alegó el alcalde de Barquisimeto.
Aguzman Nelo, uno de los vendedores ambulantes afectados, descartó que hayan respetado sus derechos porque desde agosto de 2018 han enviado oficios a los organismos municipales en busca de alternativas para que les asignen espacios de la Alcaldía de Iribarren.
“Estamos claros de que hay cosas ilícitas en el sitio, pero yo como ciudadano que soy no puedo involucrarme porque es buscarme un problema, ¿Por qué amedrentar, quitarle el dinero, la mercancía o los perolitos a quien con tanto esfuerzo los reunieron? Ahora díganme ustedes, ¿cómo llego yo a mi casa ahorita a decirle a mis seis muchachos que no tengo nada que darles? Sinceramente hice lo debido, pero he buscado la forma de que una autoridad nos preste atención y nos cediera un espacio en cualquier mercado”, expresó.
Los vendedores ambulantes reiteraron que se quedaron sin fuentes de ingreso y contaron que trabajaban en la calle por la crisis y la hiperinflación que le restó el valor al salario.
El dueño de un camión volteo que tenía su puesto en El Manteco desde hace un año relató que empezó a viajar a Colombia por golosinas y medicamentos porque el vehículo se dañó y ya era insostenible aquel negocio. Su sobrino es uno de los detenidos enviado a un comando de la PNB.
“Nos engañaron, la Dirección de Mercados y Abastecimiento nos ofreció la reubicación y nos pedían despejar la calle. Hoy los funcionarios llegaron de repente, encapuchados, con armas largas, tratando a los vendedores como delincuentes. Aquí lo que estamos buscando es el sustento”, reclamaron Marlenys López y Haydee García.
También hay usuarios que se pronunciaron porque consideraban que en El Manteco había una alternativa de ahorro.
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“Soy un venezolano con 70 años de edad, trabajé 37 años en la administración pública y nunca en mi vida pasé tanto trabajo como ahora. Barquisimeto sabe que El Manteco tradicionalmente ha sido una zona comercial, el Estado debe tener el control y cobrar impuestos, pero ¿por qué atropellar a la gente? Aquí veníamos a comprar nuestro alimento y buscar la economía porque el kilo de quesos o caraotas y el cartón fr huevos era mucho más barato”, sostuvo Jesús Pargas.
Para los comerciantes que tienen sus locales en las carreras 21 y 22, la acción era urgente porque la instalación del mercado informal había repercutido en los ingresos de los contribuyentes formales. “La gente evitaba transitar por estas calles por el caos y la inseguridad”, opinó la propietaria de un negocio.
A partir de esta semana las calles 21 y 22 estarán bajo resguardo policial mientras cuadrillas del Instituto Municipal de Aseo Urbano y organismos municipales se encargan de la limpieza y reparación de aceras y vías.
Los vendedores ambulantes acudieron a la Defensoría del Pueblo para solicitar la mediación con las autoridades.
