Coro.- En Coro, Falcón, este martes de Carnaval el Centro de Educación Inicial Simoncito (Ceis) Ciudad de Coro amaneció con los candados de la puerta principal violentados. Esta es la segunda intromisión de la delincuencia en menos de dos semanas para hurtar lo poco que queda de materiales con los que los niños se educan y juegan.
LEE TAMBIÉN
Alerta preventiva epidemiológica en Falcón ante cualquier brote de Coronavirus
La información la dio a conocer Edgard Sánchez, vocero de la Fundación Restauración Falcón, quien apuntó que el preescolar es un objetivo fijo de los delincuentes. La institución se encuentra en el sector Pantano Abajo, entre calles Iturbe y Norte en la ciudad capital de la entidad.
Sánchez manifestó que algunas aulas de este preescolar están cerradas desde hace siete años por problemas graves en su infraestructura, y que en su oportunidad fueron evaluadas por la Zona Educativa, cuyos funcionarios prometieron una nueva sede para este centro de educación. Esos salones son actualmente depósitos de materiales con los que los pequeños juegan y hacen sus deberes escolares.
Techos y paredes abiertas representaron un peligro para la vida de menores y docentes que daban clases en estas aulas. Por tal circunstancia, los alumnos ahora reciben formación en áreas comunitarias ubicadas en las cercanías, en muchas de las cuales se reúnen los consejos comunales.
LEE TAMBIÉN
Aguas servidas contaminan sectores de Coro y La Vela en Falcón
Las aulas clausuradas donde se guardan materiales y equipos escolares, además de estanteros comunitarios, son la carnada perfecta para los delincuentes, quienes hurtan y desordenan todo lo que encuentran, según dijo el vocero de la Fundación Restauración Falcón. Lo hacen solo por el gusto de robar, pues no hay nada que sea de valor monetario, salvo libros y material educativo y lúdico que ayuda a los pequeños a formarse.
Como parte de la comunidad, Edgard Sánchez hizo un llamado a los entidades gubernamentales a que se aboquen a la reparación de estos espacios, porque maestros, alumnos y comunidad esperan desde hace más de siete años su recuperación para los menores.
La institución mantiene un vigilante de noche, pagado por la comunidad, para resguardar lo poco que queda en el preescolar, pero los delincuentes logran entrar al plantel en horas del día, sin que puedan ser vistos o escuchados por los vecinos del Ceis Ciudad de Coro.
