La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) pidió el viernes 8 de octubre «redoblar» la cooperación para atender el creciente flujo migratorio en Panamá que, en 9 meses de este año, recibió a 91.300 personas que atravesaron la peligrosa selva del Darién, cifra que triplica el récord de 2016.
Las cifras revelan un aumento en la cantidad de migrantes venezolanos que atraviesan el Darién, con 1.529 entre enero y septiembre de este año frente a 66 en 2017. La misma tendencia se registró en el número de menores que han cruzado la selva, ya que hace cuatro años representaban un 2 % y en los primeros 9 meses de este 2021 llegaron al 20 %.
«Hay una necesidad urgente de redoblar la coordinación entre los Gobiernos y la cooperación internacional para poder responder a las necesidades humanitarias de la población en tránsito», dijo el jefe de Misión de la OIM en Panamá, Santiago Paz.
El funcionario recordó que «el Pacto Mundial para una Migración Ordenada, Segura y Regular recomienda la cooperación entre los Estados para poder responder de forma inmediata y coherente a las necesidades de los migrantes en condición de vulnerabilidad, y esta necesidad se hace especialmente evidente en el Tapón del Darién».
Darién, la densa selva que sirve de frontera natural entre Colombia y Panamá, es una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, tanto por las características de una jungla como por la presencia de grupos del crimen organizado que ya la han utilizado para tráfico de drogas y armas.
Desde hace años la atraviesan migrantes venidos de todo el mundo que viajan hacia Norteamérica, con picos de tránsito entre 2015 y 2016, entonces de viajeros cubanos, y ahora con la movilización de decenas de miles de haitianos.
Entre enero y septiembre de 2021, unas 91.300 personas atravesaron el Darién en su viaje hacia Norteamérica, lo que «triplica el récord registrado en 2016», dijo la OIM en base a los datos del Servicio Nacional de Migración (SNM) de Panamá.
La mayoría eran haitianos (56.600), muchos de ellos acompañados por menores; seguidos de cubanos (12.800), venezolanos (1.500), además de nacionales de países de Asia y África, entre ellos Bangladesh, Senegal, Ghana, Uzbekistán, India y Nepal, dijo el organismo internacional en un comunicado.
Hacia Norteamérica (Estados Unidos, Canadá o México), están viajando familias enteras de haitianos, con hijos nacidos en Chile o Brasil, países en lo que se habían radicado años atrás, e incluso con bebés nacidos durante la travesía.
Los migrantes con frecuencia pasan por los países de Suramérica y «hacen el cruce en condiciones de alta vulnerabilidad y quedan expuestos a riesgos a lo largo de la ruta migratoria, en particular en el Tapón del Darién», dijo Paz.
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