Por Crónicas de Chile
Santiago de Chile. La historia de Ingrid Seidel, una caraqueña que vivió en Barquisimeto, estado Lara, durante 20 años antes de emigrar a Chile es la historia de quien construye un legado, lo mete en una maleta con sus pertenencias más preciadas y luego le da vuelo en un país que ya empieza a sentir como suyo.
Junto con su familia, Seidel enaltece el verdadero espíritu de la venezolanidad. Arribó a territorio austral a finales de 2018. Sus dos hijos se vinieron primero mientras ella planificada el futuro de todos en lo que sería sus nuevas vidas.
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En Venezuela dirigió Variquí, una empresa de chocolatería artesanal con más de 13 años de experiencia en el mercado y productos de altísima factura, realizados con 100 por ciento de cacao criollo. “Largo y fructífero en aprendizajes fue el camino recorrido antes de dejar atrás nuestro país. La nobleza del cacao y sus invaluables derivados nos permitieron participar en numerosas ferias nacionales e internacionales”, recuerda.
Pero no tardó mucho en reacomodarse en lo que ama y en abril de 2019, @variquichocolateria iniciaba su trayecto en Maipú, histórica comuna de la Región Metropolitana chilena.
Hoy, con una empresa más consolidada en la comuna de Macul, y productos adaptados al paladar austral, deja en alto la capacidad de resiliencia del venezolano con su tesón y amor por lo que hace.
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Cuentan con una vitrina fija en el Mall Plaza Sur y realizan despachos por delivery. “Actualmente nos dedicamos a producir varios productos en chocolate fino de origen como tabletas, bombones, trufas, alfajores, brownies entre otros y en el entendido de que el paladar chileno ha abierto espacios hacia una alimentación más saludable, nos complace ofrecer chocolates reales y de origen 63% cacao y sin azúcar 60% cacao, sin gluten (certificados) y veganos”, destaca.
Por @CronicasDeChile