Centro de DD. HH. de la Ucab recoge denuncias de retornados que indican que solo reciben una comida diaria en los Pasi. | Foto EFE
Caracas. El represamiento de migrantes que retornan a Venezuela en los puntos fronterizos regulares y el maltrato en los Puestos de Atención Social Integral (Pasi) empujan a los venezolanos a volver sobre sus pasos y adentrarse nuevamente en Colombia , refiere el Centro de Drechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello.
En el informe El espejismo del retorno: violaciones a los derechos de los retornados a Venezuela durante la pandemia de COVID-19, el Centro de DDHH de la Ucab añade que ese reflujo de venezolanos migrantes se dirige también, aunque en menor medida, hacia Ecuador y Perú.
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“Desde junio, a medida que la decisión de restringir el retorno por la frontera de entre Colombia y Venezuela comenzó a generar represamiento, empezó a observarse un reflujo de caminantes que habían llegado hasta poblaciones fronterizas y, después de varios días deambulando a la intemperie y sin certeza de poder cruzar la frontera, decidieron volver sobre sus pasos, adentrándose nuevamente en territorio colombiano”, destaca el informe.
El documento recoge cifras de La Red Humanitaria, organización que brinda apoyo con alimentos y orientación a los migrantes forzosos venezolanos, según las cuales el flujo de personas que sale desde Venezuela y que ingresa a Colombia por los pasos no controlados aumentó 244% en junio.
Más precisamente, desde el 28 de junio al 5 de julio contabilizaron 568 caminantes retornando hacia la frontera de Venezuela, y 1.035 caminantes que ingresaron a Colombia, reseña el Proyecto Migración Venezuela.
Precisa que desde la tercera semana del mes de junio, La Red Humanitaria registra una tendencia al aumento de caminantes al interior de Colombia, mientras que el flujo de caminantes retornando hacia Venezuela es menor.
Con base en testimonios de venezolanos migrantes, el informe del Centro de DDHH de la Ucab apunta que las condiciones generales de higiene de muchos de esos albergues ubicados en la zona fronteriza (estados Bolívar, Amazonas, Apure, Táchira y Zulia) no se ajustan a las normas establecidas por el Ministerio de la Salud y las Naciones Unidas.
Por ejemplo, muchos no tienen condiciones para cumplir con los dos requisitos de prevención básicos: lavado de manos y distanciamiento social, ya que carecen de agua y presentan hacinamiento, indica el documento.
“Muchos retornados denuncian que solo reciben una comida diaria, no balanceada”, añade el Centro de DDHH de la Ucab, al dar cuenta de la situación de una mujer que regresó de Brasil con su hija de 10 años con síndrome de Down y sin dinero.
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“Cuando se acababa la comida en la posada en la que la sometieron a aislamiento en Santa Elena de Uairén, otros retornados tenían que hacer colectas para comprarles algo de alimento. Aún en estas circunstancias especiales, las personas a cargo del lugar y los milicianos no tomaron medidas para aliviar la situación de la mujer y su niña”, destaca el informe.
Para el Centro de Derechos Humanos de la Ucab la reactivación de la salida de personas de Venezuela es cuestión de tiempo, a pesar de los adversos escenarios post pandemia de las economías de la región. ¿La razón? En el caso de Venezuela, los escenarios económicos y sociales serán peores que en el resto de los países.
“A nuestro juicio, es posible que comience tan pronto se levante el confinamiento en los países receptores, pues habrá expectativas de retomar actividades informales que no estarán todavía”, advierte el documento.
Proyecta además “que no solo volverán a salir los retornados – y quizás con compañía – sino que hay otra cantidad considerable de personas cuyos planes de salir se vieron temporalmente suspendidos por la emergencia ocasionada por la pandemia”.
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