Motorizados llegaron a robar a caminantes que van a la frontera. Foto cortesía de la comunidad. Foto: Cortesía
Táchira.- Los caminantes que van a la frontera a emigrar pasan por Capacho, municipio Libertad del estado Táchira y hacen paradas de descanso en unos lavaderos comunitarios donde suelen lavar ropa, asearse e hidratarse, sin embargo al final de la tarde del 5 de noviembre, al menos 10 motorizados llegaron con armas a pedir a quienes se encontraban en el sitio todas sus pertenencias.
Con la presencia de quienes robarían, los caminantes corrieron a resguardar sus pertenencias, entre ellos, una mamá con su bebé de tres meses lo dejó en el piso para correr a resguardar sus pertenencias y al terminar la situación lo alzó nuevamente.
“Nos tocó pedir apoyo de las autoridades ya que fue impresionante como llegaron motorizados y carros y se metieron a los lavaderos a revisarles las pertenencias a los se estaban bañando y tuvieron que dejar ese bebé en la grama para defender sus cosas de eso malhechores” explicó una persona de la comunidad a El Pitazo.
Aproximadamente 25 personas entre adultos y niños estaban en los lavaderos cuando llegaron quienes intentaron robarlos, a ellos se unieron aquellos que residen en las inmediaciones, quienes gritaron alertando que algo pasaba y otros llamaron a la policía, pues a pocos metros de distancia hay una alcabala de la Policía del Táchira.
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“Les pedían los teléfonos celulares, decían que les dieran pesos o dólares. Eso iba a ser un gran robo. Gracias a Dios los pudimos correr porque ya los caminantes lo pasan muy mal con los uniformados que los extorsionan como para que otros también pretendan robarlos cuando consiguen donde bañarse” contó la persona que prefirió reservar su identidad.
Los policías llegaron y los motorizados huyeron del sitio sin lograr llevarse nada de las personas. Todos avanzaron hasta el siguiente punto de descanso de la zona.
No solo quienes viven en las casas aledañas salieron sino que también llegaron vecinos de calles cercanas a ayudar a los caminantes. Luego de los lavaderos, los venezolanos caminan un poco más y llegan hasta una cancha donde duermen y les ofrecen alimentos.
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